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Opinión

Manifiesto Pedagógico Por Eduardo José Macías Aceves

Manifiesto Pedagógico

(Por Eduardo José Macías Aceves)

El gobierno de México por medio de su Secretaria de Educación Pública a través del plan sectorial 2013 -2018 Propone (Camufla) una tendencia reduccionista en relación a los objetivos de la educación primaria.

Establece que la educación integral es un derecho establecido en al artículo 3ro de la constitución mexicana y que “El quehacer educativo habrá de nutrirse de corrientes filosóficas, humanistas y sociales.”. Señala también que “para aspirar a la educación de calidad que deseamos, la educación debe ser integral.” Hasta este momento, el plan sectorial se presenta acorde a una educación integral:

¿Entonces donde radica el problema?

Según juicio del autor de este manifiesto “El problema radica en su mayor parte en casa uno de los eslabones de la cadena educativa”, pero ese es un tema en el que no vamos a incursionar en este escrito.

El asunto en que los enfocamos es el de la evaluación. No solamente la evaluación en México a nivel primaria es monótona y repetitiva. Sino sumamente cuestionable En México el estudiante es calificado en mayor parte en base a exámenes enfocados a la retención de información y no, al proceso de aprendizaje, Diversas inteligencias como lo son la visual, kinestésica o auditiva. (El examen escrito estimula generalmente la inteligencia visual exclusivamente), procesos cognoscitivos del más alto nivel que presenta Bloom en su taxonomía, como lo son comparar y discriminar entre ideas, valorar teorías y presentaciones, escoger con base en argumentos, verificar el valor de una evidencia, reconocer subjetivamente, juzgar basado en criterios preestablecidos del dominio socio afectivo y las relaciones interpersonales.

 

 

Siendo este último concepto el área de interés. Un área que, Esta explícitamente relacionada en el día a día de cualquier persona siendo las relaciones humanas y su naturaleza integral sumamente relevante en el desempeño escolar, laboral y personal de todos los ciudadanos. Qué no hayan decidido subir al monte y hacerse participe de una vida semita.

Para resolver este problema propongo recurrir al enfoque humanista. El humanismo pedagógico en específico, este se basa en parte del existencialismo, según Jean Paul Satre existencialismo es un humanismo según explica en su obra con el mismo título (1946)

Necesitamos entender que el ser humano es un ser integral, siendo la problemática del humanismo la explicación de los procesos integrales de la persona, específicamente su relación con el medio social que la rodea. Bugental (1965) y Villegas (1986) Proponen dentro de sus postulados fundamentales:

“El hombre es un ser en contexto humano. Vive en relación con otras personas y esto constituye una característica inherente de su naturaleza”

Por lo tanto es vital que esta característica del ser humano sea considerada un área de oportunidad para avanzar hacia una formación integral en el la educación actual, la capacidad del ser humano para relacionarse con los demás debe ser no precisamente el centro, pero una parte igualmente importante de la formación académica a la par de la información adquirida y las competencias relacionadas

Es relevante recalcar la capacidad que posee el ser humano para tomar sus propias decisiones. Bugental (1965) y Villegas (1986) dentro de sus postulados establecen:

 

“El hombre tiene facultades para decidir. El ser humano tiene libertad y conciencia propia para tomar sus propias elecciones y decisiones, por tanto es un ente activo y constructor de su propia vida. “

Este apartado es de suma importancia ya que las personas toman decisiones por los alumnos todo el tiempo, retirando su derecho de libre albedrío, decidiendo que es mejor y que no para los niños que tienen a cargo , es lógico que esto suceda y no es mi propuesta que se retire el adulto responsable de los niños, más sin embargo , considero que el sistema educativo promueve una convivencia autoritaria con el alumno y limita las materias y temas que se ven en clase en un rango muy general y específico pero no inclusivo con materias de arte, como lo son, música, danza, teatro. etc. Deporte, como atletismo, béisbol etc. Actividades que, aunque se contemplen como talleres o actividades extracurriculares, al no contar con puntos dentro de la matrícula estudiantil desmotivan a los estudiantes a decidir inclinarse por alguna actividad que pudiese ser de su agrado o más importante aún, su profesión, su proyecto de vida.

Según Patterson (1973), dentro de los objetivos de la educación humanista se debe dar oportunidad para que los estudiantes realicen evaluación interna. Este manifiesto invita a que se considere la opción autoevaluativa en las escuelas y que aunque no posea un impacto en las calificaciones del niño directamente, si se vea envuelta dentro de las consideraciones que el maestro tome en cuenta a la hora de calificar al estudiante Específicamente en este caso, el cómo y en base a que se evalúa al mismo.

Dejando que el alumno rellene una plantilla autoevaluativa, refiriéndose al tiempo y esfuerzo que dedico al trabajo, tarea, examen que realizo. Evaluando no solo el área de conocimientos adquiridos por medio de la memoria sino, su capacidad de comparar y discriminar entre ideas, escoger con base en argumentos, reconocer subjetivamente, entre otros y dejando que el alumno proponga una manera en que quiere ser evaluado ya sea de manera oral, escrita , practica entre otras.

En resumen la educación debería impulsar estas capacidades inherentes que poseen todos los seres humanos, la capacidad para relacionarse, la capacidad para realizar una evaluación de su propio esfuerzo y la facultad de decidir qué es lo que quiere hacer con su vida, respetarlas y fomentarlas en la medida de lo posible, llevando al niño por un tronco común de información, incluyendo las materias a la curricula, dejando que el niño decida y prueba las diversas actividades ,actualmente extracurriculares, otorgándole importancia a su decisión colocando créditos a esas materias dentro de una matrícula controlada dando oportunidad de crecimiento y capacitándolo lo más posible para tomar una decisión acertada que impactara sobre su vida en la adultez

Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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