El joven piloto Connor Zilisch, actual líder de la NASCAR Xfinity Series, vivió el sábado una montaña rusa de emociones en Watkins Glen International, Nueva York. Lo que comenzó como una celebración eufórica por su sexta victoria de la temporada terminó con una dolorosa fractura de clavícula.
Zilisch, de apenas 19 años, acababa de llevar su Chevrolet No. 88 a lo más alto del podio, sumando 823 puntos en la clasificación general y manteniendo una ventaja de siete sobre su más cercano perseguidor, Justin Allgaier. Como es tradición, intentó subirse al techo del auto para festejar con el público y su equipo. Sin embargo, un pequeño error cambió el tono del día.
Cuando escalaba hacia el techo, su pie izquierdo se enganchó en la red de la ventana. El tropiezo lo hizo perder el equilibrio y caer aparatosamente sobre el asfalto de Victory Lane. La caída fue tan dura que quedó tendido inmóvil por unos segundos, provocando la inmediata reacción del personal presente.
Los paramédicos del circuito lo atendieron rápidamente y lo trasladaron al centro médico de la pista. Debido a la fuerza del impacto, fue necesario enviarlo en ambulancia a un hospital local para estudios más completos.
Horas después, el propio Zilisch llevó tranquilidad a sus seguidores mediante una publicación en X (antes Twitter):
«Gracias a todos por preocuparse. Ya salí del hospital y estoy mejorando. Los estudios de cabeza salieron limpios, solo tengo una clavícula rota. Agradecido con los médicos por la rápida atención y porque no fue más grave.»
La lesión, aunque dolorosa, no empaña su excelente temporada: con seis victorias, Zilisch es el piloto con más triunfos del año en la Xfinity Series. No obstante, su recuperación será clave para mantener el liderato y aspirar al campeonato.
El accidente de Zilisch recuerda que en el automovilismo, los riesgos no solo están en la pista. A veces, incluso la celebración puede ser tan peligrosa como la carrera misma.