Royal Caribbean reveló este martes información sobre su nuevo crucero, denominado ‘Wonder of the Seas’, que ahora está en construcción en los astilleros en Saint-Nazaire (Francia) y será el más grande del mundo cuando se bote en la primera mitad del 2022.
Con un tonelaje bruto de 236.857, el barco tiene 362 metros de eslora y 64 metros de ancho, y cuenta con un total de 18 cubiertas y 2.867 camarotes para acomodar hasta 6.988 huéspedes.
‘Maravilla de los mares’, que es su nombre en español, tendrá «el primer parque viviente en el mar, hogar de más de 20.000 plantas, sin mencionar algunos de los restaurantes de especialidades y boutiques de alta gama», según la empresa. El paseo marítimo estará en la popa, tendrá dos muros para escaladas en roca, un carrusel clásico y un ‘teatro acuático al aire libre’.
La zona de piscinas y deportes albergará toboganes, hidromasajes y simulador de surf. Habrá canchas de baloncesto y voleibol, así como un campo de minigolf. Al mismo tiempo, tendrá spa y gimnasio, a parte de una zona juvenil y un club para adolescentes. La zona de entretenimiento contará con escenarios donde se presentarán «artistas de clase mundial» en espectáculos titulares, producciones originales y hasta en patinaje sobre hielo.
El debut del crucero se retrasó del 2021 al 2022 debido al impacto de los cierres de puertos y astilleros en todo el mundo por la pandemia. Una vez finalizado, se dirigirá inmediatamente a la ciudad china de Shanghái y se convertirá en el primer crucero de la clase Oasis en navegar desde Asia. Sus futuras rutas incluirán Chan May (Vietnam), Busan y Jeju (Corea del Sur), Cochín y Okinawa (Japón) y Taipéi (Taiwán, China). Los cruceros de la temporada inaugural ya están abiertos para reservas.
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.