Jesús Esparza, el auditor, casi casi exoneró al ex alcalde Marco Adán Quezada por la falta de licitación del Aero Show, asunto por el cual había sido acusado por la CNDH, y señaló que el ojiverde actuó conforme a la Ley y no se saltó ninguna traba. Salió limpio.
A Marco lo traen entre ojos sus propios correligionarios, pero aquí no le pudieron hacer nada ya que de haberlo sancionado, habrían tenido que licitar Santa Rita, Centrópolis y casi todos los eventos de Gobierno, esos que acaban administrando los cuates, y así se caerían varios negocios y hasta algunos funcionarios, así que mejor ahí muere.
Marco Quezada es un político hábil, capaz y honesto en comparación de la mayoría. Intentó crear comunidad, mejoró notablemente los servicios públicos y a grandes rasgos tuvo una buena gestión, eclipsada por el yugo que le tenían puesto desde Palacio, pero dentro de sus circunstancias trabajó bien, salvo por el cierre de su administración que fue de todo a todo un desastre.
Aunque no podrán meterlo al ‘bote’ como a Juan Blanco, sí tratarán de machacarlo mediática y políticamente, pues de no haber sido por esta omisión de sus subordinados sería el candidato natural a la gubernatura, aunque su ambición sigue viva y aunque le costará mucho más trabajo, aún nadie puede descartarlo.
Ahora todo apunta a que serán Jorge Cuesta y Mario Dueñas, los empresarios organizadores, quienes acabarán tras las rejas. Ya costó mucho trabajo y desgaste cuidarlos y se habla de que no piensan seguirlos cubriendo, pues es claro que ahí fue donde se hicieron las tranzas que costaron vidas, al no pagar para seguridad adecuada y, de pilón, el seguro que contrataron resultón ‘balín’, así que tendrán que soltar por lo menos unos 30 millones de pesos. Lo barato sale caro.
Otro que no da la cara es el presidente Enrique Peña Nieto, pues luego de cancelar su visita a Juárez parece que hará lo mismo con Chihuahua, pues ya se aplazó su llegada, aunque no saben si sólo unos días o hasta mediados de agosto, cuando inaugurará el Hospital Infantil de especialidades.
El que podría venir es Luis Videgaray, el nada querido secretario de Hacienda, pues podría visitar Juárez para delirar y decir que vamos muy bien, que las medidas son correctas y que aguantemos hasta que las reformas, que hasta ahora han sido una catástrofe, den maravillosos frutos… y luego seguirá con un cuento de Blancanieves versión Televisa.
Los ciudadanos de la frontera, pero principalmente los empresarios, están dolidos por el aumento de súbito al IVA y aunque les han prometido el fin de las garitas e incentivos a empresarios, no les creen, y aun en caso de que cumplieran, no remedia las catastróficas medidas que se han venido tomando. El país entero está jodido.
Donde andan muy apresurados reacomodándose es con miras al futuro electoral. Se habla de que Alejandro Cano, quien ha vivido los últimos años una especie de frialdad política, podría ir por el octavo distrito gracias a su padrino Patricio Martínez, para volver a los reflectores e intentar, otra vez, llegar a la gubernatura.
Otra que ya está amarrada es Graciela Ortíz, quien está más que puesta para ser la primera gobernadora, pero ya la traen en la mira por la aprobación de la Reforma de Telecomunicaciones, que no cuenta con ninguna clase de apoyo entre la ciudadanía y se ve como un robo en despoblado. Aún así, son muchas las cartas a favor de la senadora. A Lilia Merodio también la andan quemando.
Otro que anda preocupado es Álex LeBarón, uno de los más funcionarios más chambeadores, quien no halla cómo hacerle para poner orden pues la semana pasada un grupo de encapuchados fuertemente armados amenazó a un equipo de trabajadores de la Conagua que pretendía destruir varias represas ilegales en los márgenes del río Carmen, de donde los menonitas sacan agua para regar sus parcelas.
Pero aún así varios grupos de productores exigen que dejen correr el agua, que apliquen la ley o, si no, los productores de Buenaventura bloquearán la dependencia. Graves signos de ingobernabilidad en la región noroeste, donde la gente no se anda a medias tintas.
Otro acto violento, pero este en la capital fue el que sufrió el periodista Homero Ochoa, administrador del portal XpressaTV, quien fue atacado en un supuesto asalto, en la colonia Genaro Vázquez, aunque no le quitaron nada, sólo lo golpearon hasta cansarse, y horas después comenzó a recibir amenazas y acoso vía redes sociales, al parecer para que “se calle”.
No faltará quien diga que la madrina viene de parte de César Duarte o Javier Garfio, los villanos de moda, pero el mismo Homero descartó que estos gobernantes tengan cualquier relación, pues según su versión, se trataría de otros personajes molestos con sus críticas, totalmente ajenos al alcalde y al gobernador, que jamás caerían en actos tan pandilleriles. No tienen necesidad.
Lo que sí es inaceptable es que se pretenda acallar a los críticos con violencia, aunque se equivocan quienes creen que lo lograrán. Homero confirmó que su portal y sus podcasts siguen al aire, con el mismo tono, pésele a quien le pese. La investigación ya está en curso.
El que no aguantó la carrilla fue Gabriel Ortega, el reportero que fue despedido de una televisora supuestamente por criticar al alcalde y al gobernador en su Facebook. Este joven anunció que mejor se va a EU pues teme represalias. Que le vaya bien.
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