Desde la clandestinidad, María Corina Machado, líder opositora venezolana y fundadora de Vente Venezuela, habló con profunda emoción tras recibir el Premio Nobel de la Paz, galardón que describió como un reconocimiento colectivo a millones de venezolanos que han resistido 26 años de autoritarismo. “Este premio no es mío, es de todos los que han arriesgado su libertad y su vida por un país libre”, dijo en entrevista con Infobae.
Machado aseguró que el premio llega “en un momento crucial” y que representa un impulso histórico para la lucha democrática de Venezuela. Dedicó el reconocimiento también al expresidente estadounidense Donald Trump, a quien llamó “líder clave en la resolución del conflicto venezolano”, tras conversar con él el mismo día del anuncio.
La dirigente reiteró que el régimen de Nicolás Maduro está en una fase terminal y que su salida es inevitable. “Maduro tiene una sola opción: aceptar una transición negociada o irse sin negociación”, advirtió. Denunció que el país se ha convertido en el centro del crimen organizado del continente, señalando al llamado “cártel de los Soles” como responsable de controlar instituciones del Estado, puertos, aeropuertos y recursos nacionales para el narcotráfico y la desestabilización regional.
Machado aseguró que el ochenta por ciento de la población, incluyendo policías y militares, quiere un cambio inmediato, y afirmó que la oposición tiene diseñado un plan detallado para las primeras cien horas y los primeros cien días de una transición democrática. “Sabemos quiénes intentarán desestabilizar y cómo neutralizarlos”, subrayó.
Sobre las reacciones internacionales, criticó la indiferencia de algunos gobiernos de la región, incluida la presidenta de México, quien respondió “sin palabras” al ser consultada sobre el Nobel. “Entre la opresión y la libertad no puedes ser neutral. Callarte te hace cómplice”, afirmó, recordando las palabras del arzobispo sudafricano Desmond Tutu.
Machado sostuvo que su compromiso no se limita a Venezuela. Prometió que la caída del régimen de Maduro será el primer paso hacia “olas de libertad” en Cuba y Nicaragua, con el respaldo de líderes como Javier Milei, Santiago Peña y Daniel Noboa.
“Venezuela será libre pronto”, insistió con convicción. Y aunque admite los riesgos personales que enfrenta, asegura vivir “un día a la vez”, confiando en la fe y en la fortaleza del pueblo venezolano. “El camino a la paz es la libertad, y el camino a la libertad es la fuerza —moral, espiritual y ciudadana—. Con ella vamos a vencer.”