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México

Meade y Osorio, entre cervezas ¿pactan la paz?

Los políticos se reunieron en un exclusivo restaurante español, pagando por su consumo poco más de tres mil pesos. Se desconoce quién pagó la cuenta.

Justo en lo más tranquilo, ahí donde nadie pudiera molestarlos, aunque el mensaje era otro: en lo más alejado, pero a la vez visible. José Antonio Meade Kuribreña, aspirante a candidato del PRI a la Presidencia de la República, y Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, platicaron a lo largo de dos horas.

A las 16:00 horas de ayer arribaron al restaurante Mesón Puerto Chico, en la colonia Tabacalera, delegación Cuauhtémoc.

En lo más apartado del lugar, una mesa reservada los esperaba en la terraza. Ahí, quien desee degustar algún platillo de la cocina española especialidad de la casa debe reservar con tiempo, no se llega de imprevisto. Hay comida de todos los precios, desde las típicas sopas de entrada en 85 pesos hasta postres de 95 pesos y un plato de cangrejo por 1550 pesos.

Es un lugar exclusivo, este lugar —según contaron los meseros— es el preferido de los políticos que radican en la capital del país. Meade y Chong son clientes frecuentes. Ayer, cuando llegó el exsecretario de Hacienda y el titular de la Segob, todo era normal. Bastó que publicaran una foto en las redes sociales para que el séquito de reporteros llegara al restaurante a terminar con la tranquilidad.

El sitio de la reuión.
Llegaron, tomaron asiento y empezaron a platicar. ¿De qué hablaron? eso no se supo. Contaron que Osorio Chong pidió una media de una cerveza mexicana muy famosa en el mundo. Meade también tomó cerveza, pero en tarro.

Así, entre cerveza y cerveza, la plática continuó. Llamaron al mesero y ordenaron la comida. Afuera, un grupo nutrido de reporteros los esperaba. Mientras ellos platicaban, al recinto ingresaban fotógrafos, reporteros y camarógrafos para captar el momento. Desde el anuncio dado por Enrique Peña Nieto, era la primera vez que ambos contendientes se dejaban ver juntos. Habían pasado ya 48 horas del suceso.

Entre plática y plática, quienes hasta el lunes pasado trabajaban juntos en el gobierno federal degustaron un kilogramo de chuletón a las brazas con valor de 1300 pesos, acompañado con queso manchego de 160 pesos y un jamón ibérico de 580 pesos.
Terminaron de comer, y el reloj marcaba las 17:46 horas. Salieron con prisa. De las preguntas de los reporteros solo se limitaron a decir que no habría declaraciones. Ninguno habló.

LOS DATOS:

EXCLUSIVO
A las 16:00 horas de ayer, cuando llegaron al restaurante Mesón Puerto Chico, en la colonia Tabacalera, delegación Cuauhtémoc, en lo más apartado del lugar una mesa reservada los esperaba en la terraza. Así se reunieron el secretario de Gobernación y José Antonio Meade.

ZONA CARA
En el restaurante a donde los dos políticos asistieron los platillos que se sirven van desde los 85 pesos para una sopa de entrada hasta 1500 pesos por un suculento plato de cangrejo.

EL LUGAR
Es un lugar exclusivo, visitado —quizá— solo por grandes personajes, ya sea de la política o el espectáculo que pueden darse el lujo de acudir a lugares tan exclusivos en la Ciudad de México. Ahí, Osorio y Meade estuvieron cerca de dos horas.

LA PLÁTICA
Después de comer y platicar, se retiraron del lugar cerca de las 17:46 horas. Afuera, cada uno se retiró en su vehículo particular. La prensa no tuvo oportunidad de abordarlos. Lo que ellos platicaron, ahí quedó, solo entre ellos dos.

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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