Muerto el niño a tapar el pozo, pero ¿y si el pozo está seco, cómo se resuelve? Con este problemón andan ahora en la Comisión Nacional del Agua, que desde hace sexenios es un nido de corruptelas al por mayor, pues se juega con el recurso que, aunque muchos no lo quieran creer, se ha convertido en el más importante de la entidad, no sólo por ser el vital líquido, sino por sus implicaciones económicas y sociales.
La lucha por el agua la han mantenido discreta, a pesar de que ha habido muertes muy sonadas por la posesión del vital líquido, litigios y otros ajustes de cuentas, asuntos que terminaron por hartar a los menonitas que (ahora sí en serio) podrían marcharse de la región pues si bien pudieron conquistar al desierto, no pudieron superar las transotas de los delegados y funcionarios en turno.
Así lo dio a conocer un reportaje del New York Times, que hace eco sobre un problema que se ha dejado amontonarse la arena y sobre el cual se benefician sólo los funcionarios en turno, algunos de los cuáles han sido rotados, despedidos y hasta enjuiciados. Por algo la Conagua se ha convertido en una dependencia tan anhelada en Chihuahua.
Los menonitas son unos depredadores ambientales. Cuentan con la tecnología para sacar agua de profundidades inalcanzables para el productor promedio y así mantienen sus cultivos ‘sedientos’ como maíz, avena y otros productos, a costa de desecar grandes cantidades.
El problema es que esta tecnología se ha vuelto accesible para otros, y sobre todo rentable. De manera que mestizos y menonitas están dándole un tinte étnico a un problema que no tiene nada que ver con nacionalidades o pueblos, pues todos son mexicanos. El problema es la corrupción que ya los ahogó a todos.
Apenas hace una semana estuvo en Chihuahua el director de la Conagua, Roberto Ramírez de la Parra, durante un evento que fue aprovechado para tratar de resolver el broncón por la operación y registro de los títulos que emite esta dependencia.
A quien acusan directamente es a Alberto López Romero, titular del Registro Público de Derechos del Agua, y Óscar Gutiérrez, director del Organismo de Cuenca, así como al subdirector de Administración del Agua, Francisco Muñiz. A ellos los acusan de despachan igual en Chihuahua que en Monterrey, pues en ambas plazas tienen hasta despachos particulares para negociar y cobrar los moches.
A nivel estatal, poco ha podido hacer el director de Conagua, Kamel Athié Flores, quien pese a conocer a detalle los problemas de la región y del tema, no ha podido hacer nada para destejer los pegajosos nudos de corrupción que hay en la dependencia, pues tiene poco en el cargo, pero Álex LeBarón tampoco hizo mucho que digamos, sin saber si no pudo o no quiso, pues los intereses no se limitan a Chihuahua; tienen alcance nacional e incluso trasnacional, pues la poca agua de Chihuahua la reclaman las minas, el fracking, las actividades agropecuarias y un grupo poco importante que es la sociedad que bebe, cocina y se baña, esos son menos negocio.
Pero las expectativas que tenían de Ramírez de la Parra no es mera cuestión de voluntad: hay intereses muy pesados detrás, mucha lana y muchos compromisos, así que quiso darle largas y largas y los menonitas, decididos como son, dijeron “basta” y están armando el escándalo en grande. Qué bueno.
El problema no es menor. Chihuahua se encuentra en una de las zonas con mayor nivel de desertificación del mundo según numerosos estudios como el más reciente de la ONU, y se prevé que el cambio climático traiga devastadoras consecuencias en el mediano e incluso en el corto plazo, aunque en el largo también. Avisados están, el problema por el agua en Chihuahua apenas empieza y dejará no sólo bocas resecas, también hogares desechos, pobreza, migración y muerte.
Siguiendo con lo electoral: Mario Vázquez se va del PAN, pero con su torta bajo el brazo, pues aseguran que el dirigente panista está listo para botar el cargo que le confió su militancia en aras de un proyecto personal, al cual nunca le ha quitado el ojo de encima.
No la tiene fácil. Pocos excepto él y los escasos allegados que no ha traicionado, como Liliana Murillo y Marco Bonilla, se beneficiarían de su destape por una posición, siguiendo el ejemplo de Gustavo Madero, quien ha ido saltando de puesto en puesto hasta sonar como presidenciable, para luego caer en una desgracia, real o fingida, pues no se sabe a ciencia cierta si siempre no o si siempre sí, pues se habla de que quiere pero trae mucha cola que le pisen, y cuando decimos mucha, parece que sí es mucha.
En el lado priísta los rumores sobre la eventual designación del ‘Teto’ Murguía siguen agarrando vuelo. Poco se habla de la candidatura de facto que ya se le atribuía a Enrique Serrano, quien parece haberse enfriado también pues ya le bajó a su repentina manía por recorrer el estado.
Estos rumores casi descartaron a Graciela y Lilia bajo el supuesto de que los chihuahuenses traen el machismo aún muy costroso y no votarían por una mujer, un supuesto que habrá que demostrar ante el CEN del PRI para patearlas aun cuando han chambeado tan duro y cuando traen buenas tablas para competir. A Marco parece que el ignorarlo es la mejor arma, pues la persecución sólo lo infló y ahora que anda tan campante pocos lo voltean a ver ¿qué estrategia seguirá?
Será a principios de diciembre cuando se sepa quiénes van en serio por las candidaturas o quiénes nomás andan haciéndole al farol. Es una decisión difícil soltar una ubre segura para irse tras una aventura casi perdida, en caso de no ser los ungidos.
El gobernador parece haberse desprendido un poco (poquito nada más) de la grilla sucesoria para atender la doméstica, que es casi lo mismo, pues ayer sostuvo su primera reunión desde su accidente en Palacio de Gobierno, donde le midieron el agua a los camotes y, como anunciamos hace varios días, el replaqueo quedó en un mero susto para los contribuyentes, y será hasta 2016 que se decida si se avientan el torito o no. Esto se supo porque, según el presupuesto, no se contempló la compra de láminas para matrículas.
Así evitan hacerle el caldo gordo al PAN que ya estaba planeando repetir la dosis juarense y tramitar amparos, hacer escándalo y cobrarle caro en imagen a la administración pública lo que iba a llevarse en sonante. De hecho, sospechamos que desde un principio el plan era anunciarlo y darle pa’ tras, como muestra de la ‘sensibilidad’ de la clase gobernante.
El que parece haber resucitado es el senador Javier Corral, quien ha retomado el hilo de Unión Ciudadana y golpeteo al gobernador César Duartes, y eventos como el que encabezará hoy en el Senado, a las 6:00 de la tarde, la presentación del libro «La Lucha», documento que cuenta la historia de las y los defensores de derechos humanos en Chihuahua. Al evento también participan la actriz Ofelia Medina; Adam Shapuro, de Front Line Defenders, y Alma Gómez Caballero, del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres.