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Resto del mundo

Metring: el juego en el que el Metro te corta las piernas

La última víctima tenía 13 años. Perdió las dos piernas en el metro de Madrid. Viajaba entre vagones, aunque él no jugaba a saltar de uno a otro
«Fue una locura de juventud». Habla Daniel Alonso Carrera. Su nombre apareció hace unos años en la prensa, aunque algunos lo llamaron David. «Un joven de 19 años pierde una pierna al ser arrollado por el metro cuando jugaba a saltar entre vagones». Lo que le ocurrió sucede más a menudo de lo que se sabe.
Y la historia tiende a repetirse: un chico -niño o adolescente- baja al metro, espera la llegada del tren y, en el andén, cuando cierran las puertas, salta al acople que une los vagones de los vehículos más antiguos. Es un hueco infernal y da nombre a un juego peligroso, el metring. Porque, después de la sensación de riesgo, de la «locura» en busca de adrenalina, a veces llega la desgracia.
Daniel, como al menos una quincena de jóvenes desde los años 90, perdió una pierna en el metro de Madrid tras caer de un acople entre vagones. Cuatro murieron. Es sólo la recopilación de casos que ha podido hacer Crónica. (Metro asegura carecer de datos). El último ha puesto de manifiesto el problema, en medio del silencio imperante. El domingo pasado, un niño de 13 años se subió a una de esas plataformas. Las últimas informaciones indican que no iba jugando, pero la imprudencia la cometió saltando adonde no debía. Cerca de la estación de Sierra de Guadalupe cayó a las vías y el tren le pasó por encima. Al pequeño han tenido que amputarle las dos piernas. «Es un caso fortuito y completamente aislado», dicen desde la empresa pública. Varios testimonios lo cuestionan.
La memoria de Daniel no conserva lo que ocurrió a partir de ahí. «Mi amigo me contó que me solté de una mano y entonces un golpe de vagón me expulsó para fuera». La siguiente escena transcurrió en la oscuridad del túnel y presentó un rosario de casualidades que, una tras otra, dice, le salvaron la vida. El cuerpo de Daniel no cayó sobre las vías sino en una pared del metro, así que sólo una pierna quedó sobre el raíl. «Después el tren me dio en la pierna y me expulsó, pero por suerte la cabeza no me volvió hacia los raíles». Cuando su compañero advirtió su ausencia llamó a los vigilantes. Llegaron el Samur y la Policía. Incluso Telemadrid. Pero a Daniel no lo encontraban. Cubierto de grasa de los raíles en la negrura de aquel túnel, fue un reportero de la televisión quien lo halló gracias al foco de su cámara.Así llegaron la amputación de su pierna derecha por debajo de la rodilla y 14 días en coma, seis de ellos de carácter irreversible. Porque la pierna fue casi lo de menos: «Me abrí la cabeza y el brazo lo arrastré por la pared del túnel en carne viva». Estuvo clínicamente muerto. Al decimoquinto día despertó. La familia nunca denunció al metro; la empresa, eso sí, pagó la factura del hospital («3 millones de pesetas»). «La gente aprende a golpes o a buenas. Yo aprendí a golpes», dice él. Y se recuperó. Casi milagrosamente. Hoy una prótesis casi imperceptible le hace la vida fácil. Hasta practica kárate para mejorar el equilibrio.Pero ha habido más casos que el suyo, y más desgraciados.
La Comunidad de Madrid trató el asunto ya en 2008 y el metro anunció que instalaría mamparas en varias estaciones. Lo hizo en cuatro, en la zona sur, e iba a empezar a instalarlas en las estaciones más concurridas. No ocurrió. El problema clave es la financiación: en 2009 se calculaba que el precio de colocar una mampara superaba el millón de euros por estación. Y Madrid tiene 301.

Fuente: EL Mundo

Deportes

Más de 50 mil policías cuidan París para la inauguración de los Juegos Olímpicos

Más de 50.000 policías, gendarmes y militares constituyen esta tarde el mayor dispositivo de fuerzas del orden que se ha desplegado en París, con ocasión de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos que ha trastocado totalmente el transporte y el funcionamiento habitual de la ciudad.

«Es sin duda el mayor dispositivo policial que alguien ha podido poner en marcha», ha destacado esta tarde el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en declaraciones a la prensa mientras hacía una visita a los agentes desplegados sobre el terreno acompañado del prefecto de policía de París, Laurent Núñez.

Darmanin ha recordado que se espera que «casi 400.000 personas» presencien la ceremonia en el tramo de seis kilómetros del río Sena por el que bajarán los barcos con los deportistas participantes en los Juegos, y que se encuentra en un espacio acordonado.

Allí también van a estar, en una tribuna en el Trocadero, cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno que han sido recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, que hace de maestro de ceremonias.

El titular de Interior ha asegurado que se han encontrado soluciones para los deportistas o árbitros que debían llegar a París en tren y que se han visto afectados por los sabotajes coordinados que ha sufrido esta pasada madrugada la red de alta velocidad francesa, y que ha perturbado tres de sus cuatro grandes corredores.

La Fiscalía de París dirige las investigaciones sobre esos sabotajes y la coordinación se ha encargado a la Subdirección Antiterrorista de la Policía (SDAT).

Darmanin ha subrayado que esos ataques están afectando más a los que se iban de vacaciones que a quienes iban a asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos.

El ministro, que no ha querido especular sobre la autoría de esos actos, ha señalado: «Estamos evidentemente concentrados para ver si podemos detener rápidamente a esos autores».

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