Jessica Astorga Carballo, mexicana de 26 años de edad, fue asesinada en un apartamento de Lyon, Francia. El crimen fue disfrazado, al principio, de suicidio.
El sábado 11 de agosto, a la familia de Astorga Carballo le informaron que Jessica había saltado desde una ventana al vacío. Un día después, el domingo 12, medios franceses reportaron el supuesto suicidio. Pero no, se equivocaban.
Jornadas más tarde, Labastida Garnier, quien conoció a Jessica en el séptimo semestre de la carrera de arquitectura en la Universidad del Valle de México (UVM), fue señalado culpable de lo ocurrido.
“El suicidio era homicidio”, escribió el medio Le Progrès. El sujeto habría confesado que estranguló a la mexicana, después de intentar cubrir los hechos.
La Embajada de México en Francia expresó su solidaridad con la familia de la víctima.
“Desde el momento en que familiares comunicaron a la Secretaría de Relaciones Exteriores el fallecimiento de la connacional, se le ha ofrecido el apoyo necesario por parte de la Sección Consular de la Embajada y el Consulado Honorario en Lyon”, señaló el Embajador.
Un miembro de la Sección Consular se trasladó a Lyon y acompañó a la familia en las primeras gestiones ante las autoridades competentes.
Después de que se realizaron los trámites correspondientes, se autorizó que el cuerpo de Jessica regrese a México. El homicida se encuentra detenido y el proceso judicial seguirá su curso ante el Tribunal de Gran Instancia de Lyon.
“Queremos rehabilitar la imagen de Jessica. Ella no se suicidó, no estaba deprimida», reclaman los conocidos de la joven.
Fuente: Vanguardia