En las húmedas tierras bajas del sur de México, ingenieros, veterinarios y entomólogos trabajan contra reloj para reconvertir una planta que podría ser clave en la erradicación del gusano barrenador, un parásito que devora la carne de animales y amenaza seriamente a la industria ganadera del país.
El sitio, que anteriormente se utilizaba para el control de la mosca de la fruta mediterránea, está siendo transformado con laboratorios especializados que simulan las condiciones de una herida animal, el lugar donde las moscas del gusano barrenador depositan sus huevos. La planta, ubicada en Metapa, busca iniciar la producción nacional de moscas estériles para liberar al medio ambiente, una técnica comprobada para reducir y eliminar la plaga. La meta es que la instalación esté operativa para julio de 2026, lo que duplicaría la cantidad de moscas estériles que México podría liberar semanalmente.
El brote de gusano barrenador ha avanzado desde Centroamérica hacia el norte del país, generando tensiones con Estados Unidos, principal socio comercial de México, que mantiene gran parte de su frontera cerrada a la importación de ganado mexicano desde mayo. La inversión estadounidense asciende a 21 millones de dólares de los 51 millones que costará la planta en Chiapas.
El proceso es complejo: millones de moscas se crían, se esterilizan con radiación y luego se liberan. Cuando los machos estériles se aparean con hembras silvestres, no nacen crías, provocando con el tiempo el colapso de la población. México ya empleó esta técnica décadas atrás, logrando erradicar el gusano barrenador tras una campaña de 19 años.
Actualmente, el país depende de envíos semanales de unas 100 millones de moscas estériles desde una planta en Panamá, que se transportan en cajas con control de temperatura y se liberan sobre zonas afectadas de Chiapas, Oaxaca y Veracruz siguiendo patrones de vuelo estratégicos.
“El gusano barrenador fue erradicado una vez en México, y esperamos lograrlo ahora en mucho menos tiempo”, señaló José Luis Quintero, coordinador de la operación. Las autoridades de Senasica, la agencia sanitaria de la Secretaría de Agricultura, supervisan tanto la producción como las campañas de liberación.
Con esta nueva planta, México busca reforzar su capacidad de respuesta y acelerar la erradicación de un parásito que representa un riesgo económico y sanitario para el país.