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México no comprará por ahora vacunas contra covid para niños: López Obrador

“México no será rehén de las empresas farmacéuticas que solo quieren hacer negocio y espantar con la idea de que es necesario vacunar contra el Covid-19 a las niñas y niños”, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador.

De ahí que si se demuestra científicamente que la inmunización es necesaria en la población menor a los 18 años de edad se llevará a cabo, de lo contrario, el gobierno de México «no caerá en el consumismo ni en el desperdicio», sentenció López Obrador.

Lo anterior, tras plantearle las preocupaciones de madres y padres de familia respecto a la vacunación infantil de cara al regreso a clases para el próximo 30 de agosto de este año.

El presidente dijo que en ese tema «hay que tener cuidado» y saber cuáles son las prioridades.

«Como es lógico las farmacéuticas quieren hacer negocio y quisieran estar vendiendo siempre vacunas para todos, pero tenemos que priorizar, tenemos que saber si se requieren o no se requieren, no estar sometidos, sujetos, subordinados a que las farmacéuticas sean las que nos digan falta una tercera dosis, una cuarta dosis, falta que se vacunen los niños, hay que ver científicamente si es necesario; es como cuando se va a comprar algo, no debemos de ser consumistas, hay que comprar lo que se necesita, no llegar al supermercado y comprar por comprar, no al desperdicio, no a lo superfluo, primero lo básico, primero lo necesario» expuso.

De esta forma, dejó claro que, si se requiere la vacuna, se adquiere y si no las niñas y niños mexicanos deberán esperar hasta que le demuestren al gobierno de México los organismos internacionales científicos y médicos que sí es una prioridad inmunizarlos contra la enfermedad, la cual – por cierto – le dio a su hijo menor Jesús Ernesto López Gutiérrez hace apenas unos días de manera leve.

Por su parte, el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell coincidió con el presidente de que se trata de una «poderosa campaña de opinión inducida por las compañías farmacéuticas» para hacer creer a la gente que es obligado vacunar a menores de edad y aplicar hasta una tercera o cuarta dosis a la población contra el covid19.

“Todo con tal de aumentar sus ventas por vacunas; sin embargo, a su juicio aún no hay evidencia científica que apoye vacunar a los menores de edad, refuerzos de vacunación en adultos y más protección contra las variantes”.

«Al momento, respecto a la vacunación en menores de edad no existe evidencia científica que sugiera que es algo imprescindible, algo necesario en el contexto actual de la epidemia, aún en países que tenemos alta cobertura de vacunación y alto acceso a las vacunas» expresó López-Gatell.

Destacó, además, que las vacunas no tienen elevada efectividad para reducir los contagios por Covid-19 en ninguna edad y solo disminuyen el riesgo de fallecer o padecer de manera grave el virus.

López-Gatell dijo que no es posible utilizar el argumento de que los niños pueden regresar a las escuelas solo si están vacunados debido a que este sector de la población tiene muy bajo riesgo de enfermar gravemente o fallecer, si se contagia.

Además de que en el supuesto de si se llegara a vacunar a los menores de edad, tampoco hay garantía de que se van a reducir los contagios por SAR COV2.

Por ello, sentenció que «no es imprescindible ni necesario» que se proteja a las niñas y niños contra el covid19.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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