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México registra 11,052 nuevos contagios y 78 defunciones en las últimas 24 horas

La Secretaría de Salud reportó este lunes 11,052 nuevos contagios de Covid-19, por lo que el acumulado de casos confirmados se incrementó a 4 millones 136,440 infecciones desde que llegó esta enfermedad al país a finales de febrero de 2021.

En tanto, la cifra de fallecimientos a causa del coronavirus ascendió a 300,412, luego de que se notificaron 78 nuevos decesos en las últimas 24 horas, según el reporte técnico diario sobre el avance de la pandemia en México.

En plena cuarta ola de contagios, las autoridades sanitarias estiman 157,385 casos activos, es decir personas que han presentado signos y síntomas de esta enfermedad en los últimos 14 días. A esta estadística se suma por segunda ocasión el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien confirmó la tarde de este lunes que dio positivo a la prueba del coronavirus.

En su conferencia matutina, el presidente que «amaneció ronco», admitió que existe un incremento de contagios de Covid-19 en México, pero, dijo, “afortunadamente, todavía, no se refleja en hospitalizaciones y lo más importante, en fallecimientos”, indicó.

AMLO aseguró que, de acuerdo a las cifras, la variante Ómicron no tiene la misma letalidad que la variante Delta.

Respecto a la capacidad hospitalaria en el país al corte de este 10 de enero, la dependencia federal detalló que la ocupación de camas generales se ubica en 21%, un punto porcentual más que lo reportado ayer; mientras que la ocupación de camas con ventilador para la atención de pacientes graves es de 14%, dos puntos porcentuales más que lo registrado el domingo.

El Gobierno federal detalló que al corte del domingo 9 de enero se aplicaron 106,564 vacunas contra Covid-19, por lo que se ha registrado un total de 152 millones 51,707 dosis suministradas desde que inició el Plan Nacional de Vacunación contra esta enfermedad, el 24 de diciembre de 2020.

Las autoridades federales detallaron que se han vacunado a 82 millones 425,639 personas, de las cuales 74 millones 107,031 cuentan con esquemas completos y 8 millones 318,608 personas fueron inoculados con la primera dosis.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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