México empezó a actualizar sus protocolos de vigilancia genómica para detectar a Omicron, la nueva cepa del COVID que fue declarada como “variante de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud.
“Así, en caso necesario, las medidas sanitarias que se tomen serán guiadas por la evidencia científica disponible”, publicó la Secretaría de Salud en un comunicado.
Al designarla como variante de preocupación, la OMS considera que Omicron puede ser más transmisible o causar una enfermedad más grave.
Además, las vacunas, los tratamientos y las pruebas que detectan el virus también pueden ser menos efectivos contra una variante de esta categoría, como ocurrió con la variante Delta.
Sobre la situación actual de la epidemia en México, la dependencia subrayó que se registra 12 por ciento menos casos estimados en comparación con la semana anterior, mientras que los casos activos, es decir, los que presentan síntomas de la enfermedad en los últimos 14 días, se ubicaron en 22 mil 834.
Ese grupo de personas representa la parte activa de la pandemia pues son contagiosas.
México no es la única nación que está tomando medidas preventivas por Omicron: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Japón prohibieron vuelos o la entrada de personas que vengan de Sudáfrica y un grupo de naciones en el extremo sur de ese continente.
La Unión Europea, compuesta por 27 naciones, también impuso una prohibición temporal de los viajes aéreos desde el sur de África.
Esta variante, cuyos primeros casos fueron localizados en Sudáfrica, ya apareció en Israel a través de un residente procedente de Malawi.
“Esta cepa ha volado rápido y ya está en el país. Hay un caso seguro verificado y hay otros tres sospechosos que estamos analizando. Nuestra suposición es que hay más”, indicó el primer ministro israelí, Naftali Benet.