El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegue, informó que aún no se ha establecido una fecha para reanudar las exportaciones de ganado mexicano hacia Estados Unidos, afectadas por un brote del parásito conocido como “gusano barrenador” o screwworm, que ataca al ganado y puede provocar su muerte si no se trata.
Berdegue indicó que sostuvo una videoconferencia con la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, en la que ambos avanzaron en soluciones técnicas, aunque aún no lograron definir cuándo se permitirá nuevamente la entrada de ganado mexicano a territorio estadounidense. “Hemos logrado progresos considerables y soy muy optimista”, aseguró el funcionario durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Entre las estrategias planteadas, se probarán plantas modulares móviles en México para la producción de moscas estériles, capaces de generar hasta 20 millones adicionales por semana si resultan exitosas. Esta sería la primera ocasión en que estas instalaciones se utilizan en el país. Además, se proyecta abrir en 2026 una planta de producción de moscas estériles en el sur de Chiapas, con una inversión de 21 millones de dólares de Estados Unidos, que podría alcanzar la producción de 100 millones de moscas semanalmente.
El método consiste en criar millones de moscas, esterilizarlas mediante radiación y liberarlas en el entorno. Cuando los machos estériles se aparean con hembras silvestres, no se producen crías y la población del parásito disminuye gradualmente. Berdegue señaló que solo será posible reabrir la exportación de ganado una vez alcanzada la meta de producción de 100 millones de moscas.
La presidenta Sheinbaum había adelantado que Berdegue viajaría a Estados Unidos para negociar directamente con sus homólogos la reapertura de la frontera. Recientemente, ambos países acordaron extender algunos plazos comerciales para continuar las negociaciones sin presiones inmediatas.
El brote de screwworm, que se ha extendido desde Centroamérica hacia México, mantiene desde mayo la frontera estadounidense prácticamente cerrada a las importaciones de ganado, afectando tanto a productores mexicanos como al mercado estadounidense.