Conecta con nosotros

Resto del mundo

Miles de brasileños volvieron a protestar contra el Gobierno

Miles de brasileños volvieron ayer a las calles para protestar en casi un centenar de ciudades del país contra la corrupción y para exigir la salida de la presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad está en mínimos históricos pese a que tiene poco más de cien días de su segundo mandato.

Las protestas fueron convocadas en las redes sociales por los mismos movimientos que se dicen independientes de los partidos políticos y que el 15 de marzo consiguieron congregar a cerca de dos millones de manifestantes en decenas de ciudades.

El número de manifestantes este domingo, sin embargo, fue muy inferior al del mes pasado, lo que fue minimizado por los organizadores e ignorado por el Gobierno, que en esta oportunidad se abstuvo de alinear ministros para dar respuestas.

En Sao Paulo, mayor ciudad de Brasil, uno de los principales fortines de la oposición y que el mes pasado registró una histórica protesta con cerca de un millón de personas, la marcha de hoy congregó a 275.000 manifestantes, casi la cuarta parte, según el primer cálculo divulgado por la policía.

En Brasilia el número de manifestantes cayó desde los 50.000 contabilizados por las autoridades el 15 de marzo hasta los cerca de 25.000 que, según la policía, marcharon hoy por la Explanada de los Ministerios, la ancha avenida de la capital del país sobre la que están ubicadas las principales sedes de los tres poderes.

En Río de Janeiro el número cayó de los 100.000 anunciados por los organizadores hace un mes a los 12.000 que marcharon hoy en la playa de Copacabana, y en Belo Horizonte de los 20.000 del 15 de marzo a 5.000 que la policía calculó hoy en la Plaza de la Libertad.

De acuerdo con el portal de noticias G1, las manifestaciones realizadas en al menos 156 ciudades de 25 de los 27 estados del país congregaron a unas 575.000 personas.

EFE

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto