En un audio compartido en varios grupos de WhatsApp, contó que soldados y policías ubicados en los retenes, le robaron todo lo que traía aparte de los víveres, luego de golpearlo e insultarlo a él y a sus hijos.
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El señor, quien venía de CDMX, relató que iba al puerto para checar cómo estaban sus propiedades y de paso ayudar a algunos damnificados; sin embargo, pasando Chilpancingo, cerca de Valle Industrial, un retén de GN y Sedena detuvo las tres camionetas que él, su hijo y un ayudante venían manejando.
«Íbamos en tres camionetas mis cuatro hijos y dos muchachos que me ayudan. Pasamos Chilpancingo, y cerca del valle industrial un retén de militares de Guardia Nacional estaba parando a todos los carros. Le dije -quiero ver como están las propiedades y la gente que los cuida-. El elemento me dice -que no entiendes que no mi cabrón- y que me mete un culatazo en la boca, me ponen las esposas».
Relató que luego de esposarlo, pegarle e insultarlo, procedieron a hacer lo mismo con sus acompañantes, para luego vaciar la camioneta y quitarles todo lo que traían de valor como: relojes, anillos, cadenas, celulares, la llanta de refacción, tarjetas de crédito, dinero en efectivo, etc.
«Le ponen las esposas a uno de los muchachos que venía conmigo. Nos tiraron al piso. Le dicen a mi hijo – haber pinche júnior ¿que más llevas?- y le quitaron sus tenis que traía puestos.
A uno de mis hijos le dieron un cachetadon, a otro un jalón de pelos».
El señor aseguró que sus tres vehículos quedaron con severos daños luego del atraco, pues a una camioneta le rompieron un medallón, a dos camionetas los vidrios laterales, y a las tres los faros de luz.
Señaló que al estar tirados en el piso, oyó claramente como un elemento de GN dijo «ya chingamos la isla, traigo todos los muebles» que eran de la tienda de Carlos de Anda ubicada en el puerto.
El ciudadano contó que todos los víveres fueron depositados en 7 u 8 camiones de militares y de Guardia Nacional que estaban ahí estacionados, uno de estos vehículos fue el 8607. Mientras que las otras cosas fueron guardadas en un Jeep militar.
Al terminar tal vejación, los elementos solo les dijeron -A chingar a su madre, dense la vuelta y adiós-. Omar Flores les pidió que le dejarán al menos 500 pesos para volver a CDMX, comprar comida o pagar gasolina, pero estos hombres no quisieron.
Cabe mencionar que el único argumento que la Guardia Nacional y Ejército Mexicano les dieron fue que ningún vivere se lleva si no es a través de la Guardia Nacional; no obstante, como quedó atestiguado, los ultrajaron de una manera brutal por dos horas aproximadamente.
Otros datos que contó fue que al retirarse de dicho infierno, un carro que venía de Acapulco (tratando de evitar una revisión), pasó a todo lo que da y le detonaron balazos.
Y que al tratar de pedir una habitación en los hoteles que están sobre la carretera, estos abusaron de su necesidad y les quisieron cobrar 5 mil pesos por noche. Solo un cajero del Oxxo se apiadó de ellos y les fió unos refrescos.
Asimismo, afirmó que tres señoras que venían a dejar víveres en una camioneta pasaron por lo mismo: «Las chavas gritaban porque un wey sí le metió la mano a una de ellas».
El señor mencionó que luego de marcharse del sitio, pudo comunicarse con un celular que uno de sus hijos guardó en la entrepierna, el cual tuvo que prestar a varias víctimas para que se pudieran comunicar con sus familiares y pedir auxilio.
Pese a lo ocurrido, Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador General de Comunicación Social de la Presidencia de la República, dijo que circulan en redes versiones falsas de que se impide la entrada de ayuda a Acapulco.
«Cualquier persona puede llevar ayuda al puerto de Acapulco. Pueden dejarla en Chilpancingo o llevarla directamente al puerto. Esas noticias falsas buscan desprestigiar la labor del gobierno federal».
Irina Díaz