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Millennials prefieren tener mascotas a hijos

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Las nuevas generaciones han sido criticadas por preferir el cuidado de una mascota a crear un modelo de familia común ¿va para largo esta tendencia?

Las nuevas generaciones han sido criticadas por preferir el cuidado de una mascota a crear un modelo de familia común ¿va para largo esta tendencia?

A cuántas personas no hemos visto que a sus mascotas, ya sean perros o gatos, los tratan de una manera “humanizada”. Este fenómeno se ha observado mucho más en las generaciones millennials y centennials.

Si bien se les ha sido criticadas a estas generaciones por optar tener al cuidado a una mascota que formar un modelo de familia tradicional, la otra cara de la moneda es que las circunstancias actuales, tanto económicas como sociales, han tenido un impacto significante en estas dos generaciones y el porqué la decisión de tener “perrhijos” o “gathijos”.

Datos del Registro Civil indican que existe una baja en cuanto a la tasa de nacimientos, con un 22,1% menos, algo nunca antes visto; de hecho en 2018 se registraron dos millones 162 mil 535 nacimientos en contraste de los registrados en 2020, con un millón 629 mil 211; el Registro Civil espera que estas cifras sigan con una tendencia a la baja.

¿Por qué mascotas?

 

Los millennials y centennials son generaciones que se han caracterizado por tener un comportamiento rebelde y que ha roto los esquemas estipulados por sus antecesores, entre ellos: la creación de un modelo de familia tradicional.

 

La formación de una familia es un paso gigantesco para el humano, debe de existir una estabilidad económica de ambas partes, así como en el ámbito laboral y un lugar seguro para poder vivir y criar con éxito a los niños y niñas por venir.

Estos dos factores son lo más influyentes en la decisión de los millennials por preferir el cuidado de un perrhijo o gatihijo; pues los tiempos actuales han mostrado que la situación económica –tanto a nivel global como nacional- es desalentadora para los jóvenes, al igual que el mantener un trabajo estable, y por ende, esto repercute en la obtención de un hogar propio.

Es por estos motivos que las generaciones actuales prefieren “formar una familia” con mascotas, pues el mantener a uno de estos peluditos es mucho más económico, y según ellos, hay una responsabilidad menor que el tener un bebé.

Entre algunas de las razones por las que miles de personas eligen tener mascotas se encuentran:

  • Requieren menos tiempo en el cuidado
  • Brindan amor incondicional
  • La inversión económica resulta más llevadera en una economía inestable
  • Ayudan a combatir la depresión y ansiedad
  • Disminuyen el sentimiento de soledad
  • Ayudan a tener mejor humor y condición física
  • Dan sentido de responsabilidad

 

Qué tan sano es esto?

Según la antropóloga social Shelly Volsche, de la Universidad de Nevada, los millennials y centennials tienen conocimiento total de que están al cuidado de un ser vivo, que crea una idea de responsabilidad y adoptan por primera vez una figura proveedora para los lomitos y michis.

Y que de igual manera, las mascotas ven en sus amos una figura de cariño, cuidado y sustento –mismas que funge una figura materna o paterna-, sin embargo, asevera que esta tendencia humanizante por parte los dueños puede tener consecuencias negativas a largo plazo.

Se puede desarrollar una incapacitación dependiente a nuestro cuidado, pueden llegar a padecer ansiedad por separación entre amo-mascota, así como se pueden presentar cambios en su metabolismo y horarios de comida. Y si bien no se ve reflejado tan constantemente en estas generaciones, las venideras podrán replicar este fenómeno.

 

Fuente: publimetro.com.mx

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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