Uno de los eventos más grandes de la monarquía chihuahuita se llevó a cabo el sábado, en el célebre rancho Dos Cachorros de Samalayuca, al sur de Ciudad Juárez, donde se casaron dos ‘príncipes’ de las familias feudales que pueblan la región.
Se trata del enlace entre Paulina Prieto Fuentes y Mario Duarte Armendáriz, dos ‘príncipes’ de los señores feudales del estado. La primera es hija de la diputada federal Adriana Fuentes Téllez, y el segundo es sobrino del gobernador César Duarte, hijo de su hermano Mario Héctor Duarte Jáquez.
Además de los novios, llamó la atención el tremendo lujo pues no escatimaron en nada para realizar una boda de cuento de hadas, en un ritual político más que civil o religioso, pues asistieron terratenientes locales y foráneos como el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, César Camacho Muñoz; Ivonne Ortega Pacheco, secretaria general del CEN, así como la primera dama Bertha Gómez y, por supuesto, el gobernador César Duarte, quien también fue el juez del enlace.
No podían faltar los alcaldes Javier Garfio Pacheco y Enrique Serrano, así como exalcaldes como el ‘Teto’ Murguía, quien pasó buen rato al lado del ex gobernador Patricio Martínez y del líder nacional de su partido.
También anduvieron los infaltables, como el líder del PRI en Chihuahua, Alejandro Domínguez, Rafael Servando Portillo de Desarrollo Social estatal, Carlos Hermosillo de la JCAS y Jorge González Nicolás, el fiscal general; Ignacio Duarte Murillo, primo del gober, Daniel Murguía, hermano de ‘Teto’; el presidente de la comisión permanente del Congreso de Chihuahua, Enrique Licón, así como Rodrigo De la Rosa, líder de la bancada tricolor. Los asistentes extrañaron a Lilia Merodio y Graciela Ortiz.
Y así fue el enlace entre dos jóvenes que sirvió para consolidar alianzas y unir los destinos no sólo del amor, sino del poder y el dinero que son la moneda de cambio frecuente en éstos círculos.
También el fin de semana, durante el encuentro estatal ‘Estructuras territoriales’ realizado en Parral, Duarte dio una muestra de autoestima al elogiar su propio gobierno sin reservas, a pesar de hallarse en entredicho y demandado penalmente por actos de corrupción, y de un enfrentamiento con un saldo de 11 muertos en la Sierra, así como decenas de ejecutados en otros puntos de la entidad. No importa.
Pidió que se ignore cualquier cuestionamiento en su contra e insistió en que todo lo malo que se le achaca son “chirinolas” encaminadas a descarrilar su impecable gobierno, que ha sido tan bueno que incluso ha traído lluvias a la entidad desde que gobierna el PRI… créalo, eso dijo, a pesar de que le han tocado dos de los años más secos de la historia.
Y es que Jaime García Chávez y Javier Corral se han convertido en un azote para el mandatario, pues un día sí y el otro también le tiran con todo, y les sobra de donde, pues abundan puntos flojos y acciones sospechosas en la administración estatal que, como los priístas de antaño que nunca se fueron, ni los ve ni los oye.
Aún así, entre el PRI Duarte mantiene relativa fuerza, pues sin llegar al grado de aceptación que tuvo y quizá aún tiene su antecesor José Reyes Baeza, arrasó en el aplausómetro. También Javier Garfio disfrutó las mieles del reconocimiento partidista, incluso de Lilia Merodio, quien ha señalado varias deficiencias y desaciertos de su administración, pero en el evento todo fue cordialidad, como debe ser.
El PAN también tuvo su aquelarre, pues festejaron el 75 aniversario del partido en Delicias, con Mario Mata como anfitrión, quienes se dedicaron a lo que mejor les sale: ver la paja en el ojo ajeno, ladrar contra el partido que los ha vapuleado y rasgarse las vestiduras por la descomposición del partido pero sin estar dispuestos a mover un dedo para arreglarlo. El PAN es, aún más que otros, un partido que ya sólo se habla a sí mismo.
Y hay una noticia que causa un sabor agridulce entre la ciudadanía y sobre todo entre los especialistas en justicia: 384 casos de detenidos en el estado serán sobreseídos, un acto procesal que pone fin al juicio; pero le pone fin sin resolver la controversia de fondo. No se sabe si fueron ellos o no los responsables de lo que se les acusa.
Muchos de los detenidos son inocentes. Detenidos sin pruebas, confesos con base en torturas y amenazas y obligados a pagar los crímenes que cometieron otros para pagar cuentas o presumir resultados inexistentes; pero también están los que efectivamente cometieron delitos graves y ahora volverán a las andadas. La justicia no está por ningún lado.
Y dígase lo que se diga, lo cierto es que a pesar de las recientes matanzas, la inseguridad ha bajado al menos en cierta medida, pero expertos en seguridad como Eduardo Guerrero destacan que fueron muchos factores los que desataron la narcoguerra en 2008, muchos de los cuales se aplacaron de forma casi natural; también intervinieron factores como los reacomodos de cárteles y el fortalecimiento lento pero sostenido de la sociedad civil, que sabe que la autoridad ni quiere ni puede hacer justicia por sí misma.
Un ejemplo es que el ‘Chapo’ Guzmán “se la pasa comiendo Mamuts (pastelitos) y viendo la televisión” en su celda del penal de máxima seguridad del altiplano. También resultó que en sus casas y redes de túneles se encontraron muchos dulces y cacahuates, a los que es ‘adicto’, pues no consume drogas. De nuevo no hay regla que no se rompa cuando habla don Dinero.
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