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Morena pide que Inegi pueda entrar a las casas a revisar el patrimonio

El partido Morena propone revisar y gravar el patrimonio de todas las personas, advirtió el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther.

En Twitter, señaló que el partido «propone un ‘nuevo Estado’, donde el Inegi revise el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas».

Añadió que también pretende que se grave la propiedad, la riqueza y el ingreso y que la Cofece evite el sobreprecio que se impone al momento de adquirir».

Ello, luego de que Morena emitió un documento titulado «El Bienestar social y la lucha contra la desigualdad pueden iniciar los trabajos para el diálogo y el acuerdo nacional».

En el texto, de casi dos cuartillas y media, Alfonso Ramírez Cuellar, presidente del partido, explica que «la magnitud de la emergencia económica y sanitaria así lo demanda».

Nuevas reglas de convivencia
«El punto de partida y el desenlace de las nuevas reglas de convivencia social es, sin lugar a duda, el tema del Bienestar».

La propuesta pide «medir la concentración de la riqueza», aplicar una «progresividad fiscal», es decir que paguen más los que más tienen, y dar mayores facultades a la Comisión Federal de Competencia Económica.

De esta manera, pretende una reforma constitucional que permita al Inegi ingresar a las casas de los ciudadanos para revisar su patrimonio inmobiliario, a fin de medir la concentración de la riqueza.

Revisar el patrimonio financiero
Plantea que el organismo también tenga la facultad legal de revisar el patrimonio financiero de las personas, en coordinación con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

El líder morenista señala que el Inegi debe presentar cada dos años un informe que dé cuenta de la riqueza de cada persona.

Agrega que ya no es suficiente la medición del ingreso y gasto de las familias mexicanas por deciles, como hace el Inegi.

Sin impedimento legal
“La información por deciles es buena. Pero se requiere descomponer la composición del X (décimo) decil y ver los componentes y los estratos que lo integran».

«El Inegi debe entrar, sin ningu?n impedimento legal, a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas».

«Cada dos an?os debe de dar cuenta de los resultados que arroja la totalidad de los activos con los que cuenta cada mexicano».

«También debe tener acceso a las cuentas del Servicio de Administracio?n Tributaria y a toda la informacio?n financiera y bursa?til de las personas”.

Agencias

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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