Siempre fue orgulloso de sus raíces Chihuahuenses
El pintor Benjamín Domínguez (Ciudad Jiménez, Chihuahua, 1942), conocido por su temática clásica, falleció hoy en la mañana a las 9:30 horas, de un paro respiratorio, en su casa. Tenía 74 años. Dejó pendiente la apertura de la exposición ‘La magia del presagio’, de 34 cuadros, en las oficinas de Reforma del Instituto Mexicano del Seguro Social, aunque la obra ya está colgada.
El año pasado se dio a conocer el libro Benjamín Domínguez, una coedición de las universidades autónomas de Chiapas y Chihuahua, que comprende el texto El desierto, la fantasía. El arte clásico, de Carlos Montemayor, fechado en 2008.
Domínguez llegó a la CDMX a los 20 años para estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, porque “en mi pueblo no había nada, aunque había una señora ya grande, que pintaba muy clásico, que se me hacía maravilloso. Ella me metió la idea del clasicismo”, dijo a La Jornada en 2011, con motivo de su exposición Barroco en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda.
Su encuentro con el barroco se dio ese mismo año. Al salir de la escuela en 1969, entró a trabajar al Museo Nacional del Virreinato en el área de museografía, donde tuvo la oportunidad de estar cerca de las telas, los brocados de seda, los marfiles, los objetos de plata y sobre todo de los maestros del arte virreinal.
En 1985 Domínguez pintó el proyecto “más ambicioso” de su carrera, exhibido bajo el título de Homenaje a Jan Van Eyck. Variaciones sobre el Matrimonio Arnolfini, en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Después, itineró a Monterrey y Zacatecas.
Los restos de Benjamín Domínguez son velados en una funeraria de las calles de General Prim 57, colonia Juárez. Mañana, a las 15:00 horas, serán cremados.