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Muere último sobreviviente de Auschwitz

El más antiguo sobreviviente conocido del campo de concentración de Auschwitz, un maestro que impartía la materia de la ocupación nazi de Polonia, murió a los 108 años, dijo un funcionario el lunes.

Antoni Dobrowolski murió el domingo en la ciudad polaca de Debno, de acuerdo con Jaroslaw Mensfelt, portavoz del museo de Auschwitz-Birkenau.

Después de la invasión de Polonia en 1939, lo que desató la Segunda Guerra Mundial, los alemanes prohibieron la educación elemental por más de cuatro años en un intento de aplastar la cultura polaca y la intelectualidad del país. Los alemanes consideraban a los polacos como seres inferiores, y la política educativa era parte de un plan para utilizar a los polacos como una «raza de esclavos».

Dobrowolski estaba entre los polacos que luchaban en el movimiento clandestino, fue arrestado por la Gestapo y enviado a Auschwitz en junio de 1942.

«Auschwitz era peor que el infierno de Dante», recordó en un video hecho cuando tenía 103.

Dobrowolski, que nació el 8 de octubre 1904 en Wolborz, Polonia, fue trasladado más tarde a los campos de concentración de Gross-Rosen y Sachsenhausen, de acuerdo con el museo de Auschwitz, en el sur de Polonia.

Después de la guerra, se trasladó a Debno, donde trabajó como profesor de lengua polaca y director de una escuela primaria, y más tarde en una escuela secundaria durante muchos años.

Antoni Dobrowolski  será enterrado en Debno el miércoles.

Al menos 1.1 millones de personas murieron a manos de los alemanes en el campo de Auschwitz-Birkenau. La mayoría de las víctimas eran judíos, pero muchos polacos no judíos, romaníes y otras personas también murieron allí.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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