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Resto del mundo

Mujer guardó a su bebé muerto en refrigerador de su casa

Una mujer guardó a su bebé muerto en el refrigerador de su casa en Lima, luego de que personal del hospital donde fue atendido se lo entregó sin esperar los trámites para sepultarlo, según relato a la prensa.

Mónica Palomino dio a luz el último sábado un bebé tras 25 semanas de gestación. La salud del menor se complicó y falleció el lunes. Explicó que, por presión del personal de seguridad del hospital tuvo que llevarse el cuerpo de su bebé a su casa para poder iniciar luego el trámites de la partida de defunción.

«Me entregaron a mi hijo cuando me dieron de alta. Se encuentra en la refrigeradora de mi casa porque no me dieron tiempo de hacer los trámites para su acta de defunción», dijo Mónica Palomino al canal de televisión ATV.

«Yo quiero enterrarlo y para hacerlo necesito los documentos de su defunción», relató la madre, que volvió la noche del martes al hospital Sergio Bernales en el distrito limeño de Comas, para reclamar.

Mientras tanto, el cadáver del menor se encuentra en la parte superior del refrigerador, que corresponde al congelador. En la puerta, ella colocó un letrero que dice «No Tocar».

«La señora de vigilancia del área de ginecología no me quería dejar salir del hospital si no me llevaba a mi bebé. Mi bebé se encuentra envuelto en pañal», aseguró.

El director del hospital, el doctor Julio Silva, informó el miércoles que se iniciarán las investigaciones por la denuncia de la mujer, porque los vigilantes rompieron todos los protocolos que existen.

«Asumo toda la responsabilidad. Lo que se debió hacer es esperar en el mortuorio (del hospital) a que se le emita el certificado de defunción, y luego de esto poder retirar el cadáver», dijo Silva a la prensa.

«Vamos a ir a la casa de la madre para iniciar los tramites funerarios», agregó.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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