Imagínate entrar en una tienda, ver algo que te gusta y llevártelo sin pasar por caja. Y que no sea delito, claro. Eso pueden hacerlo los parisinos desde junio de este año, cuando abrió las puertas la primera «boutique sans argent» (tienda sin dinero) dentro de la estación de trenes de Reuilly. El concepto es simple: cualquiera puede ir a entregar un objeto del que quiera deshacerse, que esté limpio, se encuentre en buen estado y pueda ser transportado a mano. Y a su vez cualquiera puede ir a hacerse con lo que le plazca por el morro. No hay dinero ni trueque de por medio. Ropa, vajilla, pequeños muebles, libros, adornos, juguetes, peluches, cualquier cosa es susceptible de ser «adquirida».
La tienda sin dinero, que se llama «Le Siga-siga», es la iniciativa de una asociación sin ánimo de lucro de personas privadas, quienes en 2013 se aliaron para crear «espacios donde hacerse regalos entre personas» en París sin que mediara ni el dinero, ni ninguna moneda alternativa, y sin que hubiera intercambio ni trueque. Y todo con el objetivo de promover la convivencia, la solidaridad, el compartir, por un lado y por el otro una actitud más «eco», inspirada en la economía circular y lo que implica de recuperación y reutilización de objetos. En la tienda además hay una pequeña cafetería donde se puede degustar un té o un café y por ello paga la voluntad.
En un principio la asociación montaba «zonas de gratuidad» efímeras en algún lugar de París aunque con la vista puesta en instalarse de manera permanente en un local. Su iniciativa cuenta con el apoyo financiero de la municipalidad del distrito 12 (12 arrondissement), que es donde se encuentra la tienda, y de la alcaldía de París -quien les cede de manera gratuita el local- así como de la región (Ile de France). Dos asalariados se encargan de gestionar la tienda y de atender a los clientes.
Aunque tienen un local fijo la asociación sigue montando eventos de un solo día, que llaman «zonas de gratuidad», donde promueven que se hagan y se recojan «regalos» con el mismo espíritu por todo París y también por la región parisina. Y siguen buscando voluntarios que quieran poner sus dotes o su tiempo al servicio de la asociación o de la tienda.
Este mes de septiembre han tenido que colgar un curioso cartel, el de «no se aceptan más donaciones de objetos… (de momento)». En la primera semana de septiembre más de 1.000 personas se pasaron por la tienda y no precisamente para «comprar». La tienda está recibiendo tantas donaciones que ya no alcanza a almacenar más. Así que si próximamente te vas a París de escapada de fin de semana, no dejes de visitarla y llévate cuantas más cosas mejor. Les vas a hacer un enorme favor 🙂
Anna Argemi/ El País