A pesar de que la obesidad es un problema de salud pública que genera diversas enfermedades, por lo general las personas que la padecen acuden al nutriólogo solo por cuestión de estética y obligadas o presionadas por la familia y el entorno, informó la especialista Blanca Pardo Pacheco, adscrita al Servicio de Nutrición del Hospital Juárez de México.
Manifestó la necesidad de tratar esta problemática de manera integral y mediante un esfuerzo multidisciplinario, por lo que la intervención del nutriólogo es indispensable para llevar un plan nutricional individualizado acorde a las características de cada paciente.
Alcanzar el peso saludable en busca de mejorar la calidad de vida no es tarea fácil, advirtió, la intervención es conjunta y en interacción con otros servicios, de acuerdo al tratamiento que se le brinde al paciente.
En entrevista, indicó que el objetivo es lograr un balance saludable mediante la educación y modificación del comportamiento y los hábitos alimenticios y desarrollarlos para toda la vida.
Pardo Pacheco mencionó que en esta labor intervienen especialistas de diferentes disciplinas como los psicólogos y los médicos del deporte. El trabajo de los primeros es importante, ya que motiva y ayuda a las personas a detectar angustia, depresión y ansiedad, lo que las condiciona a que coman de manera excesiva.
Subrayó que el médico del deporte es el único capacitado para implementar rutinas de ejercicio para estos pacientes, quienes por su peso son susceptibles a lastimarse.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, siete de cada 10 adultos mexicanos tienen sobrepeso y obesidad. Entre 2000 y 2012, este problema aumentó 15.2%.
A partir de los cinco años, la tasa de prevalencia de sobrepeso y obesidad es de alrededor de 30 por ciento. El sobrepeso es producto de estilos de vida poco saludables, en los que se combina una mala alimentación, generalmente rica en azúcares y grasas, con poca o nula actividad física.
La especialista hizo notar que el origen de la obesidad puede darse en la niñez, ya que este sector liga la comida a la depresión u otros tipos de problemas cuando realmente son emocionales.
La nutrióloga puntualizó que los alimentos milagro y las llamadas dietas mágicas pueden poner en riesgo la salud. Se descubrió que en vez de bajar de peso saludablemente provocan enfermedades hepáticas e hipertensión. Además, por lo general quienes consumen estos productos no modifican sus hábitos alimenticios.
Consideró necesario concientizar al paciente de llevar un buen plan nutricional para proveer al cuerpo de vitaminas y comida baja en calorías, que satisfagan sus necesidades.
Reitero que aprender a comer ayuda a controlar el peso y así disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas derivadas de la inadecuada alimentación, como la diabetes, síndrome metabólico, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Finalmente, recomendó una alimentación natural y reducir el consumo de los industrializados como embutidos, empaquetados y bebidas azucaradas, fomentar el consumo del agua natural, frutas, carnes bajas en grasa, avena, arroz integral y, sobre todo, hacer ejercicio.
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