Miguel Ángel Félix Gallardo, uno de los más grandes narcotraficantes mexicanos de los que se tenga memoria, utilizó un recurso de amparo para evitar el pago millonario a una familia víctima de sus crueldades.
Sin embargo, este recurso legal fue definitivamente rechazo, por lo que la sentencia sigue siendo un hecho. Es decir, el llamado Jefe de Jefes tiene que pagar a los familiares de dos de sus víctimas.
Se trata del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, quienes recibirán, por lo menos, hasta 20 millones 810 mil pesos, de acuerdo con el periodista Rubén Mosso para el diario Milenio.
El amparo inicial, presentado una vez dictada la sentencia, argumenta que un juez de Ejecución de Penas debería ser el responsable de manejar su caso; sin embargo, la respuesta llegó por fin, pues un acuerdo del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) indica que la reparación del daño está a cargo de, precisamente, los juzgados en Procesos Penales Federales.
Félix Gallardo paga por el asesinato de Enrique Camarena, agente de la Administración del Control de Drogas (DEA), quien fue secuestrado, torturado y ejecutado en febrero de 1985.
Supuestamente, el ataque contra Kiki Camarena fue en represalia por sus actividades como agente infiltrado que llevaron, entre otros golpes, al decomiso de más de 10 mil toneladas de marihuana, en el rancho del Búfalo, Chihuahua, causándole pérdidas millonarias a Caro Quintero.
Miguel Ángel Félix Gallardo fue arrestado un sábado 8 de abril de 1989, por la noche, en Guadalajara. Algunos informes indican que estaba en bata de baño.
Al mismo tiempo que se ejecutaban estas acciones, fueron asegurados 80 policías de Culiacán, ciudad natal del capo. Cuando terminó el operativo, los oficiales quedaron libres, pues se temía que interfirieran. Algunos agentes sí se quedaron tras las rejas.
Tras su arresto le fueron incautadas diversas propiedades, incluidos un hotel, una farmacia, una empresa de bienes raíces, así como numerosas cuentas bancarias. Los cálculos de su fortuna se estimaron en 500 millones de dólares, así como un patrimonio de 50 casas y 200 ranchos.
Inicialmente fue condenado a cuatro décadas encerrado, pero luego de una década se ordenó otro juicio que finalmente concluyó en 2017 y dejó la cifra en 37 años por los mismos cargos cometidos contra el agente de la DEA y el piloto mexicano Alfredo Zavala.
El Jefe de jefes tenía 43 años entonces y estaba en el apogeo de su carrera delictiva como el primero en exportar cocaína desde México y obtenida de Colombia. En aquel año de 1989 se indicó que traficaba cuatro toneladas cada mes.
El capo mexicano pagará por lo menos 20 millones de pesos a cada una de las familias de las víctimas que lo culpan de asesinato Foto: Jair Cabrera Torres/dpa
Ahora tiene 75 años, y de acuerdo con la más reciente entrevista que ofreció el capo a la cadena Telemundo, pasa sus días en prisión, aunque ciego, afectado por neumonía y con el brazo roto, dispuesto a morir tras las rejas.