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Resto del mundo

Niñera finge embarazo y se roba a recién nacido

Una joven niñera ha sido condenada a tres años de prisión luego de ser descubierta al fingir, planear drásticamente un embarazo, con el fin de engañar a sus amigos y familiares y además secuestrar a un bebé recién nacido.

El inusual caso ocurrió en la ciudad de Auckland, en Nueva Zelanda y las autoridades informaron que Nadene Manukau, de 21 años, había cometido el delito contra una familia que le daba empleo en la casa con el cuidado de su bebé.

Hoy, en el Tribunal de Distrito de Auckland, el juez condenó a Manukau por secuestro, robo, acoso criminal, grabación visual íntima y uso deshonesto de un documento.

De acuerdo con el portal nzherald.co.nz, la familia de la joven estaba en la corte para apoyarla.

En una carta de arrepentimiento, la joven dijo que su disculpa nunca sería suficiente para los padres del bebé.

«El encarcelamiento ha sido lo mejor que me ha pasado», dijo.

La fiscal Kirsten Lummis dijo que la manipulación y premeditación en el caso era «extrema».

Antes del secuestro ocurrido el 9 de agosto del año pasado, la acusada organizó una baby shower y usó un viente falso para fingir su embarazo para tomarse diversas fotografías que fueron proporcionadas al programa Herald .

Y esa no fue la única mentira, la joven además creo la historia de que había dado en adopción a su hijo después de dar a luz.

Luego, alistando la ayuda de su primo, Sydnee Shaunna Taulapapa, de 18 años, Nadene ideó un plan para secuestrar al bebé de 11 días de nacido en la casa donde trabajaba.

Cámaras de seguridad grabaron el momento en que intenta huir con el pequeño tras sacarlo de la vivienda.

Agencias

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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