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Resto del mundo

Niño queda atrapado en elevador tras orinar los botones

O sea, ¿quién no quiere ver a un delincuente recibiendo su merecido justo después de haber hecho alguna de sus maldades? Activa una parte primaria del cerebro que está conectada únicamente al disfrute del sufrimiento ajeno, y como ya vimos que esta persona hace cosas malas, no tenemos que sentirnos mal por su sufrimiento.

Esto nos lleva a este jovencito que está en un elevador en Chongqing, China, y que se quedó atrapado después de orinarse en los botones. Sin duda es el mejor thriller de venganza de elevadores de la era moderna (sí, incluso mejor que Devil). El video se subió a internet con el nombre de “Joven chino descompone elevador con su orina”, pero echémosle un vistazo más de cerca.

El corto comienza con imágenes que muestran a un joven en un elevador. El chico, con lentes y una chaqueta verde, echa un vistazo rápido al ascensor para asegurarse de que está solo. Después de un par de segundos su mirada se encuentra con la pared de los botones y se forma una conexión. Se ve que nuestro chico está pensando que los botones no están lo suficientemente húmedos.

El chico, ya sea a propósito o porque simplemente se echó un montón de refrescos, obviamente tenía la vejiga bastante llena cuando se subió al elevador y, bueno, tenía que hacer lo que se hace cuando tienes la vejiga llena. Entonces, se desabrocha los pantalones y comienza a hacer de las necesidades que todos hacemos a veces. Excepto, que él obviamente está aburrido y decide hacerlo sobre los botones para empaparlos de arriba a abajo. La precisión que tiene hace que uno se pregunte si ya lo había hecho antes.

Sin embargo, en cuanto termina su obra, ¡llega el karma! El chico, ahora con los pantalones bien puestos, llega a su destino, pero la puerta no se abre por completo. Entonces, el diablillo tiene que tocar los botones (ahora empapados de orina). Estos botones, que seguro hicieron corto circuito por la orina, empiezan a cobrar vida prendiéndose y apagándose como si quisieran imitar a Linda Blair en El Exorcista.

Arriba, las luces comienzan a parpadear ominosamente. Si esto fuera una película de terror, aquí es cuando la música se haría fuerte. El niño comienza a brincar. Él sabe que algo malo está pasando y su orina tiene algo que ver con eso. Este elevador, sensible o no, se está vengando de él.

Entonces, pasa lo inevitable: después de que el elevador se burla de él un poco más y él presiona los botones, se queda en completa oscuridad, oscuridad inducida por la pipí.

El niño se ilumina por las luces de los botones que para este punto ya parecen salidas de Poltergeist y nuestra película se acaba. Si sólo tuviéramos este video no sabríamos que pasó con el muchacho, lo más probable es que, cuando las luces se volvieron a prender, nuestro pequeño meón se habría ido.

El demonio del elevador cubierto de orina se lo tragaría, para nunca regresar.

Pero, esto no es una película y según las historias de varios medios de comunicación chinos, el niño fue rescatado poco después por un equipo de búsqueda y rescate. No estaba herido y sólo quedó atrapado brevemente en su vergüenza empapada de orina. Después, los rescatadores encontraron el video y lo compartieron con el mundo, como debe ser.

Al final del día, ya sea que te guste esta película o no, tienes que aceptar que es mejor que la película que Shyamalan produjo sobre un elevador.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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