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México

No debí usar la palabra ‘mezquinos’, debí haber dicho ‘canallas’: AMLO

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Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, abordó este jueves la polémica generada por el motivo de su ausencia en la ceremonia luctuosa de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, que atribuyó a un «ambiente mezquino» creado a propósito por «los conservadores».

«Yo entiendo que no les haya gustado lo que les dije, a los que promueven el odio. A lo mejor no debí utilizar la palabra mezquino, que es pobreza, miseria de espíritu, según el diccionario, a lo mejor debí decir que son tiempos, desgraciadamente, de canallas», afirmó en conferencia de prensa.

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, uno de los significados de la palabra ‘mezquino’, que proviene de la palabra del árabe hispánico miskín, que a su vez surge de la palabra del árabe clásico misk?n, es «falta de generosidad y nobleza de espíritu».

El mandatario declaró el miércoles que decidió no asistir a la ceremonia en honor de Alonso y Moreno Valle, quienes fallecieron en un accidente aéreo a inicios de esta semana, para no caer en provocaciones.

«No me gusta andar por las ramas (…) ayer había un ambiente ex profeso que crearon los conservadores de siempre, no todos, pero una minoría, que actúan de manera muy mezquina (…) Sí hay un grupo muy mezquino que en redes sociales empezaron ayer a hablar de la responsabilidad del Gobierno que represento.

«Para no hacerles el juego a estos provocadores mezquinos, decidí actuar de manera prudente, no caer en ninguna provocación», agregó.

El comentario fue criticado por usuarios en redes sociales, que calificaron las palabras del presidente como parte de un discurso divisorio.

El Financiero

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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