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No defenderemos a Nicolás Maduro ni a su régimen: Marcelo Ebrard

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El secretario de Relaciones Exteriores dijo que no se ha planteado en este momento dar asilo político, ni a Nicolás Maduro ni a Juan Guaidó, pues México siempre se ha opuesto a desconocer a un gobierno en funciones.

Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, aseguró que México no defenderá a Nicolás Maduro ni a su régimen en Venezuela y reiteró que se privilegiará el diálogo para lograr entendimientos.

“No defendemos a Maduro ni a su régimen, ni tenemos ninguna posición política, queremos que haya un diálogo inteligente y creo que es lo que va a ocurrir”, comentó.

El canciller aclaró que no se ha planteado en este momento dar asilo político, ni a Maduro Moros ni a Juan Guaidó, quien se autoproclamó como presidente interino, pues México siempre se ha opuesto a desconocer a un gobierno en funciones.

“Es una tradición mexicana que tiene razones poderosas, en este momento lo que vamos a hacer es insistir en que haya ese diálogo y que eso pueda conducir a una salida política”, dijo.

Previo a su viaje a Montevideo, Uruguay, donde se reunirá con representantes de ese país y de la Unión Europea para analizar la problemática en Venezuela, el canciller sostuvo que nuestro país usará su peso y reconocimiento moral y político para buscar una estrategia que fortalezca la posibilidad de una mediación que conduzca a un entendimiento y evite una crisis mayor en Venezuela.

“México es una democracia con mucho peso y su convocatoria es porque tiene autoridad moral y política como país, tenemos una de las democracias más vigorosas del continente y por supuesto que lo que decimos tiene un peso, no sólo por su tamaño, sino por su autoridad política”, sostuvo.

Vanguardia

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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