Ayer, México abrió la puerta para el consumo legal de la mariguana, derribando así cerca de un siglo de estricta prohibición, una política mundial impuesta por Estados Unidos que pretendía limitar la producción de esta planta por motivos más económicos y geopolíticos que de salud pública, prohibición que causó centenares de miles de muertos en todo el mundo, principalmente en América Latina, principalmente en Colombia y México, principalmente en Chihuahua.
Una niña abrió la puerta
Fue el caso de una niña de ocho años, de Monterrey, el que derrumbó el hasta entonces impenetrable muro de la prohibición en México, pues la pequeña padecía el Síndrome de Lennox-Gastaut, una forma grave de epilepsia, la cual sólo podía ser tratada con aceite de mariguana, lo cual convertía a la droga de un problema de salud pública a una medicina.
Contrario a lo que se celebró, la mariguana en México no está legalizada, ni se puede consumir libremente, ni sembrar ni comercializar ni nada. Lo único que aprobaron los ministros de la Suprema Corte de Justicia fue un amparo a un colectivo de cuatro personas, el cual les permite, sólo a ellos, de momento, sembrar y consumir su propia mariguana con fines lúdicos, es decir, de diversión.
El camino apenas comienza
Falta que los ministros de la Suprema Corte emitan el mismo veredicto en cuatro casos iguales o muy similares para que la sentencia se extienda a todo el país (algo que más pronto que tarde ocurrirá), aunque debe dejarse claro que dicho cambio permitirá sólo la producción para el autoconsumo pues quien venda una hojita, un porrito, se expone a una sentencia de hasta 25 años de cárcel. Esto debe quedar claro.
Insostenible el argumento de la salud pública
Los sectores más progresistas, e incluso algunos de los más conservadores, tuvieron que reconocer la pertinencia de este cambio no sólo en la Ley, sino en la mentalidad de la nación entera, que criminaliza lo que las personas hacen con su cuerpo en la privacidad de su casa, a costa de decenas de miles de muertos por el mercado de la droga, y con argumentos insostenibles como es el de la “salud pública”, pues casi cualquiera de los vicios legales causa muchos más estragos en la salud pública.
Esto no es una suposición: En México mueren al año 44 mil personas por tabaquismo, principalmente por el cáncer que causa el tabaco, mientras que hay creciente evidencia científica que afirma que la mariguana lo cura. Además, es muchísimo más alto el potencial de adicción del tabaco en comparación con la mariguana, que no genera dependencia física (aunque sí sicológica), y mientras que el tabaco genera impuestos la mariguana genera enormes gastos a las corporaciones de seguridad y judiciales. Las bebidas azucaradas, que no sólo son legales, sino que diputados de PRI y PAN intentan rebajarles los impuestos, generan 24,100 muertes al año.
No terminará con la violencia ni afectará a los cárteles a corto plazo
Los especialistas no son muy optimistas en que reduzcan los delitos a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, podría haber una reducción pequeña. En lo que todos están de acuerdo es que la legalización no acabará con el crimen organizado, aunque muchos consideran que disminuirá un constante pretexto para perseguir, criminalizar e incluso encarcelar a ciudadanos consumidores.
Menos persecución y criminalización a consumidores
A pesar de que consumir drogas en México no es un delito, 140 mil mexicanos fueron detenidos por portar enervantes entre 2009 y 2013, según el Colectivo de Estudios Drogas y Derecho, a partir de datos del Ministerio Público. En 90 mil casos «no hubo acción penal», sin embargo sí fueron sujetos a proceso penal, es decir, detenidos, con los costos económicos, sociales y morales que eso implica.
Resistencia simulada
Las autoridades resistieron en su discurso, pero sólo en su discurso. Lo cierto es que este amparo que permite a cuatro personas sembrar y consumir mariguana ya estaba negociado y planchado, no sólo a nivel nacional, incluso internacional, pues Estados Unidos dejó, por fin, su hipocresía de prohibir en el mundo lo que se hace en casa, luego de décadas de hacerlo, pues mientras enviaba armas para combatir los cárteles ( y para los cárteles) a México, desarrollaba la industria de la mariguana más potente del mundo, con nuevas cepas, impuestos y productos, mientras en México sólo hay desgaste institucional y cadáveres, muchos cadáveres.
Es por eso que el presidente Peña Nieto lanzó un tuit, asegurando que su gobierno: «respeta y reconoce las decisiones de la SCJN, incluyendo la relacionada con el uso recreativo de la marihuana», al igual que muchos otros personajes y dependencias, que de antemano sabían que la batalla estaba perdida, pues los argumentos históricos para la prohibición están caducados, pues no se trata de si la mariguana es buena o mala, si nos gusta o no nos gusta, sino si el hecho de prohibirla es la mejor herramienta para limitar su consumo que el legalizarla y controlarla, pues es un hecho que las drogas en México son un asunto completamente fuera de control.
A favor o en contra, una «convicción personal» pero no limitativa
«No estoy en favor de la legalización, es un tema de convicción personal», declaró al diario El País, «sin embargo, tampoco podemos seguir en esta ruta de inconsistencia entre la legalización que se ha dado en algunas partes, sobre todo en el mercado del consumidor más importante, que es Estados Unidos, y en México que sigamos criminalizando la producción de marihuana».
Como en todo, hay niveles
Como insistimos, una eventual legalización de la mariguana para cualquier ciudadano, desde luego no disminuiría su consumo. Tampoco esto es lo que se busca. En Estados Unidos, luego de la desastrosa prohibición del alcohol, la legalización no acabó con el alcoholismo, acabó con Al Capone y su mafia de traficantes de Wiskey. En ese sentido, el ministro Zaldívar subrayó que «en ningún momento se dijo que la marihuana es inocua», pues se trata de una droga con potenciales efectos nocivos.
También debe subrayarse que la anterior visión de la droga centraba su atención en una minoría de adictos, y no en una mayoría que consume mariguana moderadamente sin que afecte su vida laboral, social o su salud. Notables personalidades del deporte, la cultura y la ciencia han expuesto sus beneficios, si bien es cierto que también hay evidencia de afectaciones como paranoia, afectación de la memoria y dependencia sicológica, dependiendo de factores como la variedad, la persona o la dosis.
Fumarse un porro, una libertad personal
El argumento de la ministra Olga Sánchez Cordero dijo que la prohibición absoluta, como existía, «es excesiva y no protege el derecho a la salud», por lo que el consumo lúdico de la droga «debe ser autorizado para respetar el régimen de libertades personales».
En las redes sociales, los partidarios de la mariguana lo vieron, en general, como un reconocimiento a sus libertades, una salida de la clandestinidad y una forma mucho más efectiva de luchar contra el crimen organizado, pues al dejar de comprarles a ellos, que tenían en monopolio, realmente verán afectadas, al menos parcialmente sus finanzas, a la vez que dejan de lado la carga moral de engordar cárteles, aunque quizá los efectos de la legalización afecten menos a los cárteles de lo que se piensa.
Amparados afirman que fue «una victoria histórica»
Armando Santacruz, uno de los demandantes beneficiados, aseguró a medios nacionales que «es una cuña que se mete en una grieta y lo más difícil era crear la grieta, y la grieta ya se creó. Es histórico porque declara inconstitucional algunos artículos de la Ley General de Salud y el Congreso va a tener que abordar el problema. Es una muy buena medida en favor de una política de drogas más racional, ya que el narcomenudeo’ es un gran generador de violencia en México y en el momento en que pierde valor el mercado, pues también las luchas son directamente proporcionales al valor del mercado que se está disputando y creemos que entonces puede bajar la violencia».
Padres de familia y conservadores la rechazan
Los críticos no coinciden con estas posturas. La Unión Nacional de Padres de Familia afirmó que el 60% de los adictos utilizaron la marihuana como su entrada a otras drogas. Depende de la perspectiva, ya que antes de la mariguana está por lo general el alcohol y el tabaco, los cuales a su vez son una anterior puerta de entrada.
¿Qué implicaciones tendrá?
Desde luego, la eventual legalización, que insistimos, aún no ocurre, tendrá notables implicaciones sociales, políticas y económicas. ¿En qué quedó la guerra contra el narco de Felipe Calderón, que dejó más de 100 mil muertos? ¿Cómo defenderá el PAN la labor de su único presidente panista (Fox desde hace mucho no lo es) ¿Cómo impactará al crimen organizado? ¿Se generará una industria nacional o dependeremos, como en el caso del tabaco, de las trasnacionales? ¿Qué ocurrirá con los plantíos en el Triángulo Dorado? ¿Cómo cambiará la percepción de los derechos sicoactivos de los ciudadanos? ¿Cómo se atenderá a los adictos? El verdadero debate está por empezar.