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Opinión

No se puede cosechar el Oro cuando se trabaja el Cobre

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“Pa que te metes de payaso si no aguantas las carcajadas”

Carlos Toulet Medina

Carlos Toulet Medina

Por: Carlos Toulet M.

El próximo domingo 21 de agosto culminará otra edición de los Juegos Olímpicos. Esta última realizada en Rio de Janeiro, Brasil, en medio de un ambiente de incertidumbre social generalizada –por no llamarle histeria colectiva–, que si bien conocemos internacionalmente, no terminó por perjudicar el desarrollo de la justa, pero sí desató polémica por el daño ambiental generado y el desalojo de habitantes para crear las sedes olímpicas. Ya ni hablar del endeudamiento el que seguramente incurrieron, sin importarles pues que sea uno de los requisitos y objetivos que se persigue al solicitar realizar los juegos en cualquier país. Brasil levantó la mano en aquel entonces y se ganó la oportunidad en tiempos de espejismos que lastimosamente hasta ellos se creyeron. Cuando terminen los juegos, les toca aterrizar en realidad. Ojalá les sea leve.

De verdad sorprendido estoy de que al casi

concluir los juegos, la inestabilidad política y social, la alarmante contaminación de playas y lagos -incluso siendo sedes de competencias-, la inquietud del Zika y desde luego el clima de inseguridad mundial, no se han manifestado de manera abrupta. Concluir que son los juegos olímpicos razón de tregua entre muchos males en el mundo me suena considerado.

Acostumbrado está su servidor de atestiguar y monitorear diariamente los juegos olímpicos y sus resultados. Como la gran mayoría, me enfoco en conocer –porque durante 4 años casi todos nos valen madres y ni sabemos quiénes son– a quienes nos representan, bien o mal, en la liza veraniega. Con emoción vemos la inauguración y se nos enchina la piel al ver la bandera más fregona de todas ondear y marcarle el paso nuestros compatriotas. Por un momento nos casamos hipócritamente con lo que en esos espectáculos nos quieren transmitir. Valores. No podemos negar que esta temporada cuatrienal transmite ese espíritu olímpico de manera global. La filosofía “humanista” que radica en hacer constar el valor del deporte en la educación de los jóvenes, su impacto social y su misión pacífica y moral, a todos nos llega y tiene resultados.

Hablar de los valores que desde 1896 han sido instituidos moralmente en las olimpiadas, me ha hecho pensar en que, si también compitiéramos en la materia y como país, tendríamos aún un peor desempeño en lo individual y colectivo.

Pasamos de las faltas de respeto a la gimnasta Alexa Moreno, hasta el sentirnos dignos merecedores de contar con la representación de atletas que ganen medallas como Phelps –y aun así le armaríamos unos memes–, nos sentimos merecedores de contar con deportistas que levanten la bandera y canten el himno por nosotros después de reventarse el lomo por años y en algunos casos costear de manera tercermundista el logro de sus objetivos. Somos quienes utilizamos las redes sociales en anonimato, de manera parásita, para criticar al grado de infame de lastimar. Igual y tú no lo haces, pero lo sigues, lo replicas, les das voz y alcance. Cada quien.

Los atletas mexicanos siempre tendrán algo que enseñarnos. No podemos esperar el oro cuando trabajamos el cobre.

La disparidad entre los atletas de países del primer mundo con los mexicanos es abrumadora. Los liderazgos, presupuestos, estructuras e infraestructura cuentan, y el deporte siendo muy realista no representa –fuera del futbol– una oportunidad de negocio o capital político para quienes deciden.

Viajaron a río 215 personas –supuestamente– representando a México, entre ellos 125 atletas, sus médicos, entrenadores, personal de apoyo, los dirigentes y hasta la nueva Novia de México, Jaqueline Tostado Madrid, pareja sentimental de Alfredo Castillo, Director General de la CONADE, quien vestida de gala con el uniforme oficial de la delegación mexicana, nos representó guapamente en el desfile inaugural. Fuerte el aplauso para ella, que suerte la suya, porque en halterofilia, box, clavados y algunas otras disciplinas de competencia, los uniformes no les llegan y cuando les llegan, no son de la talla y no sirven para competir.

De alguna manera celebro la presencia de Castillo al frente de la CONADE, él representa sin mayor problema al “cacha zapes” al que podríamos señalarle y adjudicarle el fracaso de la delegación mexicana en Rio 2016 –en vez de a los deportistas–, ya que su historial y poca capacidad, lo ha posicionado en el mediano plazo como un funcionario consentido, imprudente y poco preparado. Profundizar sobre su persona es irrelevante.

Relevante es hablar de los 17 mil 860 millones de pesos dirigidos a la CONADE desde el 2013, de los cuales se desconoce a la fecha su uso. Hasta la Auditoria Superior de la Federación ha señalado que dentro del ejercicio 2014 –informe de resultados 2016– hay irregularidades por 1,000 millones de pesos. Si empezamos por ahí, la Auditoria se da cuenta el presente año de las anomalías financieras de la CONADE. Justamente el año de las olimpiadas. Un efecto dominó que le da cara a la mediocridad burocrática que rige al deporte mexicano.

Abrazo de gol en tiempo extra para todos los atletas que nos representan. Malos, muy malos, buenos o muy buenos, nuestros atletas se merecen el respaldo, reconocimiento y sobre todo respeto de quienes echados frente a la(s) pantalla(s) los juzgamos irresponsablemente desde acá. Muchos de nosotros ni conocemos Brasil, a diferencia de ellos.

Aprendizaje.- Lo que si nos quedó claro de este ciclo Olímpico:
1.- México, potencia mundial en pegarle al prójimo paisano
2.- No tenemos la más remota idea de la función de la CONADE

3.- Nadie extraña a Televisa ni a Tv Azteca, gracias papa Slim

 

Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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