En medio de una histórica ampliación presupuestal impulsada por Donald Trump, la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se encuentra en uno de los momentos más críticos de su reputación ante la opinión pública estadounidense.
Aunque el nuevo plan del expresidente —incluido en su proyecto legislativo estrella— garantiza a ICE una financiación récord de 75 mil millones de dólares hasta 2029, diversas encuestas recientes muestran que el respaldo ciudadano hacia esta institución es más bajo que nunca, incluso más que en 2018, cuando algunos legisladores liberales promovían su abolición.
Una agencia con más poder y menos restricciones
Con esta expansión presupuestal, ICE se convierte en la agencia federal de seguridad con mayor financiamiento, superando incluso al FBI. Según PolitiFact, el presupuesto anual promedio de ICE alcanzará los 27.7 mil millones de dólares, comparado con los 10 mil millones que recibe el FBI.
A diferencia del FBI, que opera bajo reglas de autonomía establecidas tras el escándalo de Watergate, ICE no cuenta con mecanismos similares que limiten la influencia directa del presidente. Esto permite a Trump tener mayor control sobre su operación, lo cual ha encendido las alarmas entre críticos que temen una posible utilización política del aparato de deportación.
El costo político de expandir ICE
A pesar del apoyo republicano, las cifras son contundentes: los estadounidenses no están convencidos.
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Una encuesta de Quinnipiac University reveló que el 57% desaprueba cómo ICE aplica las leyes migratorias.
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En otro sondeo de NPR/PBS NewsHour/Marist College, el 54% opinó que ICE ha ido “demasiado lejos” en la ejecución de estas leyes.
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Finalmente, una encuesta de CNN mostró que el 53% de los votantes se opone al aumento de fondos para la agencia.
En los tres estudios, los votantes independientes —clave en cualquier elección— se mostraron aún más críticos. Un 63% de ellos desaprueba las acciones de ICE, y un 58% rechaza la expansión presupuestal propuesta por Trump.
Estas cifras superan ampliamente la desaprobación que ICE recibió en años anteriores. Entre 2018 y 2020, la mayoría de las encuestas de NBC, Pew Research y Fox News mostraban una división más equilibrada. Solo una, en 2019, registró una diferencia de dos dígitos en contra de ICE.
¿Un nuevo error estratégico para Trump?
Aunque la propuesta de «abolir ICE» fracasó políticamente en su momento por considerarse extrema, la creciente desaprobación actual hacia la agencia muestra que la percepción pública ha cambiado. En este contexto, hacer de ICE el eje de su agenda migratoria podría convertirse en un arma de doble filo para Trump, especialmente si se intensifican medidas polémicas como las redadas masivas o el uso del ejército para apoyar deportaciones.
El exzar fronterizo Tom Homan, uno de los aliados más vocales de Trump en temas migratorios, defendió a la agencia esta semana, asegurando que “ICE simplemente cumple con las leyes aprobadas por el Congreso”. No obstante, si el expresidente continúa apostando por reforzar su ofensiva migratoria con esta institución al frente, podría encontrarse con una fuerte resistencia no solo de activistas, sino también del electorado moderado que en su momento lo ayudó a llegar a la Casa Blanca.
En un país cada vez más dividido por su política migratoria, la figura de ICE parece destinada a estar en el centro del debate… para bien o para mal.