Apple ha hecho historia en la industria del entretenimiento. Su más reciente producción cinematográfica, F1, se ha convertido oficialmente en la película más taquillera de Apple en cines, superando a cualquier otro título previamente lanzado por la compañía.
La cinta, protagonizada por Brad Pitt y ambientada en el electrizante mundo de la Fórmula 1, ha recaudado cifras sin precedentes para un estreno de Apple Original Films, consolidando su apuesta por el cine de alto calibre, con proyecciones internacionales y despliegues publicitarios de primer nivel.
Aunque Apple ha sido reconocida principalmente por sus plataformas de streaming como Apple TV+, el éxito de F1 en las salas de cine marca un punto de inflexión estratégico para la compañía, que ha comenzado a incursionar con mayor fuerza en la distribución teatral. Esto demuestra no solo la viabilidad de su modelo híbrido —cines primero, streaming después—, sino también su creciente ambición en Hollywood.
El filme se benefició de una campaña global que incluyó apariciones en grandes premios reales de la Fórmula 1, material promocional exclusivo y una sólida colaboración con distribuidores tradicionales como Warner Bros., encargados de llevar la película a más de 3,500 pantallas en todo el mundo.
F1 narra la historia de un expiloto de élite que regresa al automovilismo como mentor de una joven estrella. Combinando drama, adrenalina y efectos visuales de última generación, la producción ha sido aclamada tanto por la crítica especializada como por los fanáticos del automovilismo.
Apple ha dejado claro que este éxito no será aislado. Fuentes cercanas a la compañía confirmaron que continuará invirtiendo en proyectos cinematográficos con estrenos en cines, buscando competir directamente con gigantes como Netflix, Amazon y estudios tradicionales. Con F1, Apple no solo aceleró a fondo: cruzó la meta rompiendo sus propios límites.