De acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos apenas el año pasado, el penal al que fue trasladado Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, se encuentra entre los 20 Centros Federales de Readaptación Social peor calificados.
El penal federal 9 Norte de Ciudad Juárez, de mediana seguridad, pasó la prueba de panzazo, con apenas 6.63 de calificación, al registrar problemas de sobrepoblación, hacinamiento y en los servicios de salud a los que tienen acceso los internos.
Aunque tiene capacidad para 848 reos, actualmente los compañeros de El Chapo son mil 12 y presenta deficiencias en la imposición de sanciones disciplinaria y para integrar los expedientes de cada interno, así como para clasificar a los procesados y sentenciados.
Entre las recomendaciones emitidas por la CNDH, destaca la urgencia de prevenir y atender incidentes de agresión y violencia a los derechos humanos, así como procurar la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria; mayor atención a reos adultos mayores y de origen indígena.
En 71 centros penitenciarios, la comisión detectó un deficiente control en el ejercicio de las funciones de autoridad ejercitas por servidores públicos, en las relacionadas con la producción, educación y de tipo deportivas; en materia de alimentación, mantenimiento y limpieza, además del control del ingreso de visitas, tanto familiar como íntima, uso de teléfonos y de seguridad.