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Nueva Zelanda llora a muertos de masacre en mezquitas

Christchurch vivió una jornada de luto entre el desconcierto y el horror por los ataques a las dos mezquitas que causaron 49 muertos con mensajes de unidad contra la islamofobia.

La apacible ciudad de la Isla Sur, de unos 388 mil 400 habitantes, todavía no da crédito al ataque con armas semi-automáticas a dos mezquitas del centro de la ciudad y a plena luz del día, en la peor masacre que ha padecido el país oceánico.

Uno creía que eso pasaba en Estados Unidos, en ciudades grandes como Londres o París, pero jamás en Nueva Zelanda y mucho menos en Christchurch», decía durante todo el trayecto Pita, un profesional del taxi que lamentaba una y otra vez: «no puede ser, parece increíble».
El cielo gris de Christchurch acompañaba el humor de desolación de los habitantes de esa ciudad, que acudieron en grupo o solos a dejar flores en un semáforo cerca de la mezquita de Al Noor, cuyos alrededores estaban acordonados por la Policía.

Lo hizo un residente de apariencia asiática que llegó en bicicleta para dejar un ramo seguido de un grupo de hombres del Pacífico que también llevaban flores entre sus fornidos brazos, mientras adolescentes sollozantes y familias acongojadas se abrazaban al pie del improvisado altar.

Junto a las flores había un cartel en árabe y otro en inglés en el que se leía «no importa de dónde vengas, no importa tu religión, estoy feliz de ser tu vecino».

SDP Noticias

Nota Principal

Trump revienta contra Irán e Israel: “No saben qué carajo hacen”; fracasa su intento de tregua en solo 18 horas

La tensa situación en Medio Oriente escaló nuevamente este martes, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetiera públicamente contra los gobiernos de Irán e Israel, a quienes acusó de romper el alto al fuego que él mismo había negociado apenas horas antes.

“Ambos países no saben qué carajo hacen”, lanzó Trump en su red social oficial, visiblemente molesto por la ruptura de lo que había calificado como un “acuerdo histórico” entre los dos enemigos geopolíticos. La tregua, sin embargo, duró solo 18 horas antes de que ambas naciones retomaran las hostilidades con fuego cruzado.

De acuerdo con fuentes estadounidenses e israelíes, el 22 de junio Estados Unidos lanzó ataques contra instalaciones militares de Irán, y al día siguiente, fuerzas iraníes respondieron con misiles dirigidos a bases estadounidenses en Catar. La rápida escalada llevó a Trump a intervenir personalmente para lograr un cese al fuego, que fue anunciado públicamente con tono triunfalista por la Casa Blanca.

No obstante, el frágil acuerdo se desmoronó casi de inmediato, luego de que milicias aliadas de Irán lanzaran cohetes hacia el norte de Israel, a lo que el ejército israelí respondió con bombardeos aéreos. El propio Trump confirmó este martes que Israel había atacado objetivos iraníes en represalia, lo que anuló cualquier esperanza de estabilidad inmediata.

El presidente estadounidense advirtió además que “Irán nunca reconstruirá su programa nuclear”, en referencia al ataque que ordenó contra instalaciones atómicas de ese país. Si bien Teherán niega haber violado el acuerdo de tregua, la Casa Blanca considera que los ataques de sus grupos aliados constituyen una clara provocación.

Aún más, Trump exhortó directamente a Israel a detener sus ofensivas: “Si lanzan esas bombas, es una gran violación”, escribió, dejando entrever que la paciencia de Washington también se está agotando con su principal socio en la región.

La reacción del mandatario refleja el nivel de frustración por el fracaso de su mediación y pone en evidencia la dificultad de contener un conflicto de alto riesgo entre dos actores con intereses irreconciliables. Aunque Trump asegura que “ambos acudieron a él en busca de paz”, su figura como intermediario quedó debilitada tras el retorno inmediato de la violencia.

Analistas advierten que el conflicto amenaza con salirse de control, especialmente si continúan los ataques cruzados y si Estados Unidos se ve obligado a responder militarmente en defensa de sus tropas o de sus aliados. Mientras tanto, la tensión se mantiene al máximo y los canales diplomáticos parecen cada vez más ineficaces frente a la lógica de la confrontación.

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