El presidente Barack Obama pedirá al Congreso la creación de un fondo de urgencia de más de 1,800 millones de dólares para luchar contra el virus del Zika, tanto en Estados Unidos como en el exterior, informó este lunes la Casa Blanca.
El financiamiento sería dividido entre el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la Agencia para el Desarrollo Internacional y el Departamento de Estado para apoyar programas para el control de mosquitos, investigación de vacunas y beneficios sanitarios a mujeres embarazadas de escasos recursos, informó la Casa Blanca en un comunicado.
Parte de ese monto estará destinado a ayudar a los países afectados por el virus de Zika, a fin de combatir mejor a los mosquitos que propagan la enfermedad y controlar su transmisión, dijo.
El gobierno remitirá «en breve» el pedido al Congreso, indicó un comunicado de la presidencia, sin precisar la fecha.
El texto afirma que los recursos solicitados serán destinados a «apoyar estrategias esenciales para combatir este virus».
La mayoría de las personas infectadas por el virus en Estados Unidos han viajado a zonas donde el mosquito transmisor de la enfermedad, el Aedes aegypti, es común. Este zancudo también es vector del dengue y la chincunguña.
No obstante, las autoridades estadounidenses confirmaron un caso de transmisión sexual del virus del Zika en su país.
El zika se extiende extremadamente rápido en Sudamérica y en América Central pero también en el territorio estadounidense de Puerto Rico. Las autoridades estadounidenses temen sobre todo que, al llegar la primavera y el verano, el Aedes aegypti alcance los estados sureños del país.
El zika se manifiesta en el 80% de los casos con síntomas similares a los de una gripe, e incluso pueden pasar desapercibidos. Sus efectos son peligrosos sobre todo para la mujeres embarazadas, pues se estudia la posibilidad de que el virus este relacionado con el aumento de casos de microcefalia entre recién nacidos cuyas madres lo hayan contraído.
También se estudia su relación con un aumento de los casos del síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad neurológica paralizante.
El Economista