La ola de calor que golpea India desde hace una semana ya ha matado a más de 1,100 personas, informaron las autoridades este miércoles, que prevén que las altas temperaturas continúen en los próximos días.
El sur del país es la zona más afectada y la que cuenta con un mayor número de víctimas, sobre todo entre los obreros, los ‘sin techo’ y las personas mayores.
En Andhra Pradesh, el estado más afectado, al menos 900 personas han muerto desde el 18 de mayo, el doble de muertes por calor que el verano pasado. Las autoridades ya han instalado varios puntos de abastecimiento de agua.
En el estado vecino de Telangana, donde las temperaturas alcanzaron los 48 grados en el fin de semana, más de 200 personas han muerto en una semana, frente a las 31 que fallecieron por el mismo motivo en 2104.
En Nueva Delhi, se pronosticaba que las temperaturas se mantendrían en torno a los 45 grados Celsius hasta la semana que viene, complicando un poco más la vida a la gente obligada a vivir al aire libre.
«Las temperaturas máximas no bajarán de forma sustancial. Pero se espera una mejora a partir del 2 de junio con la llegada de fuertes lluvias», dijo Brahma Prakash Yadav, del departamento indio de meteorología (IMD) a la AFP.
En Gurgaon, una ciudad satélite de la capital, los habitantes están sufriendo cortes de electricidad de hasta 10 horas diarias, mientras la red eléctrica se muestra incapaz de hacer frente a la demanda de los equipos de climatización.
«Nada funciona, incluso con cinco baños al día es imposible enfrentarse a este calor», dijo Manish Singh, de 34 años y propietario de una tienda en esta ciudad.
«Intentamos pasar más tiempo en el interior para evitar los golpes de calor. Es peor que los años anteriores, no tenemos electricidad, por lo que los climatizadores son inútiles», precisó.
El sector eléctrico de India, la tercera economía de Asia, no tiene suficientes líneas y padece una constante insuficiencia de aprovisionamiento.
Los más afectados, los pobres
Las calles de Gurgaon estaban desiertas el miércoles: muy pocos se aventuraban a salir y los pocos que lo hacían, se cubrían como podían la cabeza para protegerse de la intensidad del sol.
Los vendedores de jugo de azúcar de caña aprovechaban la sed insaciable de los obreros de BTP y de los conductores de rickshaws.
Los hospitales estaban en alerta para tratar a las víctimas de golpes de calor en los estados más afectados, y las autoridades aconsejaban no salir al exterior y beber abundantemente.
Centenares de personas, especialmente entre los más pobres, mueren cada verano por el calor, mientras que decenas de miles sufren cortes de electricidad constantes.
Según el diario The Hindustan Times, el fuerte calor podría producir una gran sequía en los estados más afectados.
Los indios esperan ahora con ansiedad la llegada del monzón, especialmente los agricultores. Las lluvias deben llegar a finales de mes a Kerala (sur) aunque tardarán varias semanas en alcanzar las áridas planicies del norte del país.
El monzón es un viento estacional en Asia que en el verano boreal sopla de sur a norte cargado de lluvia.
Fuente: El Economista