Nada se le escapa a la autoridad.
Parece que la Organización de las Naciones Unidas tiene centrada su atención en Japón, sobre todo en lo que tiene que ver con pornografía.
Recientemente, la enviada especial de la ONU para la protección de los niños, Maud de Boer-Buquicchio, pidió ante la prensa japonesa que se prohíban todas aquellas publicaciones en las que se muestren ilustraciones de caracter sexual que incluyan a menores.
Esta petición incluiría tanto a los mangas como a todo anime que muestre en su contenido a las llamadas «lolis».
Este tipo de ilustraciones son comunes en las calles de Japón. Foto: Yuriko Nakao/Reuters
De Boer mencionó que, aunque celebra los avances que se han hecho en materia de protección a los niños, todavía quedan muchos vacíos legales que permiten que se siga vendiendo mercancía con fotos de niñas de menos de 12 años en bikini. Y lo peor, que permitan el alquiler de estudiantes como acompañantes de adultos.
Esto aunado a la comercialización de mangas que incluyen ilustraciones de menores en diversas situaciones de caracter sexual.
Como era de esperarse, los creadores de manga salieron a defender su trabajo, bajo el argumento de que censurar este tipo de ilustraciones sería un atentado contra su libertad de expresión.
Dan Kanemitsu, un traductor de mangas, acuso a De Boer de «confundir la realidad con la ficción». Además, agregó que hay una gran diferencia entre las imágenes que muestran niños reales y los dibujos en los que aparecen personajes con apariencia de menores.
La petición de desaparecer a las «lolis» del manga y el anime, reforzó la postura de algunas ONG japonesas que sostienen que la actual legislación, publicada en 2004, no es suficiente para brindar una protección efectiva a los menores.
Shihoko Fujiwara, representante de la organización Lighthouse, declaró ante la agencia AFP, que desgraciadamente la comercialización de fotografías y videos de menores en bikini o en poses sugestivas, no es considerada como pornografía infantil, aunque este contenido claramente es creado con el fin de satisfacer la excitación sexual.
Sin duda existen argumentos válidos a favor y en contra.
Si se prohibieran estas ilustraciones, posiblemente muchos mangakas se verían afectados y este estilo entraría en crisis. Sin embargo, una legislación más dura en materia de protección a menores podría cambiar el panorama de los niños de aquel país.
Para que te des una idea, tan solo en 2014 se registraron 1,828 casos de pornografía infantil en el los que se vieron involucrados 746 niños.
¿Crees que desaparecer a las lolis ayudaría a que disminuya el abuso contra menores?
Si quieres saber más, visita Gamedots.
Fuente Excelsior