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Opinión

Opinión: A todos los papás, por Nancy Toledo

Estamos por festejar el Día del padre. Y quizá no veamos las florerías desfilando por las calles como el día de las madres. Pero seguro que el olor a carne asada reinara por la ciudad.

La cosa es que se merecen el mismo aplauso que nos llevamos las mamás en nuestro día.
Porque no podemos hacer menos el papel que lleva el papá en la familia. También carga esta responsabilidad en sus hombros, es el co protagonista de la tan afamada paternidad.

Así que, papá…créelo y saca adelante este papel. Eres una de las personas más importante en la vida de tus hijos.

Es imposible que iguales las horas de una mamá…físicamente es imposible que los lleves en tu cuerpo o los alimentes de el.
Y quizás las situaciones laborales o familiares te limiten también. Pero nunca subestimes el tiempo y ejemplos que puedes darles a tus hijos…no desperdicies ni una oportunidad de estar con ellos.

Si todavía son niños, aprovecha!!
Estar presente en su vida les dará la seguridad que van a necesitar a lo largo de su vida…sin darte mucha cuenta irás dejando huellas y ejemplos que serán útiles siempre.

Demuéstrales que en la vida hay un poco de todo…enséñales el esfuerzo paseando en bici, la paciencia en un juego de mesa, las reglas en un juega fútbol, la imaginación jugando a las muñecas, la disciplina cuando sea necesario…

Cuando sean adultos, o si ya lo son, seguramente su dinámica y convivencia es otra, pero no te pierdas de nada. Se parte de su vida. Está presente. Se una de las personas más importante en su vida.

Hay miles de roles que juegas en la vida de tus hijos…te dicen papá pero tiene miles de nombres más…protector, proveedor, amigo, animador, chambelan, abogado, mensajero, confidente, mecánico….así que por todo lo que representan…aquí está la reverencia que merecen!!!

Feliz Día del padre!!!!

NancyAnahi Toledo Rascón
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Facebook.com/esopienso

Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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