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Opinión

Opinión: ¡Bajen anclas!, por Nancy Anahí Toledo

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No sé mucho de términos náuticos, pero me gustó esta analogía para reflexionar….

Sabemos que el ancla es lo que mantiene al barco en algún lugar en específico, y es el capitán quien decide dónde y cuando tiene que bajar.

Vivimos ansiosos de ver la inmensidad de oportunidades que hay en el mundo, pero al final de cuentas solo nosotros sabemos el rumbo que llevamos y sobre todo, qué queremos encontrar. Entiendo que la vida no se puede planear y mucho menos predecir lo que el camino me mostrará mas delante. Pero sí debemos tener al menos una idea clara de qué viaje queremos hacer.

Tener en mente un objetivo nos hace avanzar. Aunque a veces navegamos por la vida con dudas e incertidumbres, nunca debemos dejar nuestra brújula interna, porque es la única que va poder decirnos si vamos por buen camino. Debemos vivir abiertos a las posibilidades que la vida nos va presentando… pero tampoco tenemos que tomar todas!.

¡Cada uno de nosotros sabemos lo que estamos buscando, y hay que salir a encontrarlo!. Pero mas que nada, hay que saber reconocerlo… creo que de eso se trata la vida, de buscar, elegir y sujetar lo que es valioso para nosotros. De poder reconocer el lugar al que pertenecemos, las personas a quienes elegimos, de saber dónde hay paz, qué acciones me hacen bien, qué valores van conmigo, dónde puedes bajar el ancla y seguir viviendo con esa tranquilidad de que vamos por buen camino.

Nancy Anahí Toledo Rascón
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Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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