No sé si a todos les pasa o sea cosa mía, pero creo que todos hemos tenido una bomba de sensaciones al ver que alguna fecha o evento esperado se acerca.
Es como una mezcla de emoción, nervios, ansiedad y expectativa que te invaden mayormente en el estómago, aunque también acelera un poco el corazón y pone a volar nuestra cabeza.
A veces es un evento que está por llegar, un plazo que está por cumplirse, unas vacaciones, un proyecto a punto de concluir o un deseo que está a punto de “cuajar”. Cada quien sabrá con que lo ha sentido… pero creo que no me dejarán mentir acerca de que existe.
Estas ilusiones son las que dan motor a nuestros días… siempre vivimos planeando y esperando algo, es lo bonito de poder imaginar el futuro… aunque nadie sabe si estaremos el día de mañana, son estas pequeñas emociones chicas o grandes que nos mantienen avanzando hacia adelante.
Cada vez estamos más cerca de alcanzar algo que queremos… ¡cada vez faltan menos días para lo que sea que esperas! Y cuando eso llegue, habrá algo más que esperar… buscar y desear.
Detente a pensar si en este momento tienes algo que estuviste esperando, que te llenó de ilusión cuando solo era un deseo que se veía lejos, piensa que lo que hoy tienes tú lo buscaste, tú lo elegiste.
Así. Lleno de ilusión.
No pierdas de vista eso… debemos tener los ojos en el momento también. ¡Disfrutarlo igual! Ya sin mariposas en la panza, sin las miles de sensaciones, pero con la satisfacción de haberlo alcanzado.
Disfrutemos del hoy, sin dejar de desear un mañana.
Nancy Anahí Toledo Rascón
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