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Opinión

Opinión: Dichos mexicanos, por Nancy Toledo

Hay muchísimos, algunos cortos y simples, otros más elaborados y difíciles de entender o aplicar. La verdad es que la mayoría a simple “vista” no tienen sentido…pero los dichos mexicanos son, como dicen por ahí “pequeños evangelios” en donde se almacenan años de sabiduría y millones de anécdotas se describen en una sola frase…

No hay traducción, ni mayor explicación…pero todos crecemos sabiendo que algo que se ve bien da el gatazo, que Chuchita está a salvo…si es que existe, y que la hilacha de por si agarra vuelo sola.

No es lo que dicen, sino lo qué hay detrás de cada dicho…el misterio de decir algo con palabras completamente diferentes. Es la malicia que no es mala, es inteligencia que no se aprende…es algo que es de casa, que no sabes de donde lo sabes, pero es muy tuyo…muy nuestro.

Yo no sé si están quedando obsoletos…pero los uso y los conozco casi todos. Me da gusto tener esta parte de identidad clásica, popular…mexicana.

Con este ejemplo, de algo tan sencillo y tan difícil de explicar, quiero invitarlos a que antes de sentir que estamos lejos…por no decir leji?simos de tener alguna razo?n para celebrar nuestro pai?s. Ponte en pausa y date cuenta que? hay cosas buenas, y podemos darle el aplauso que se merece.

ME?XICO esta? lleno de sabores, dichos, tradiciones, tacos, y muchas cosas que nos hacen apreciar el pai?s donde vivimos.

Hagamos lo que esta? en nuestras manos para hacer un lugar mejor. No perdamos las ganas de salir adelante “a pesar de” todo lo que sucede en este Me?xico lindo…

No dejes que nadie te quite el orgullo de pertenecer. Y disfruta lo bonito que se siente ser mexicano!

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/esopienso
Instagram @eso.pienso

Opinión

El abrazo. Por Raúl Saucedo

Ecos del Inicio y el Final

Apreciable lector vuelvo a usted en este año que inicia con ánimos de seguir construyendo un
espacio de relfexión y esque estas semanas ausentes me han hecho pensar en que usted y yo
aún tenemos mucho que decir y leer, es asi como le comparto la primera columna del año.
En el terreno de la política, donde las palabras suelen ser armas afiladas y los gestos
calculados movimientos estratégicos, existe un acto simple pero poderoso: El Abrazo. Más
allá de su significado afectivo, el abrazo en la esfera pública se convierte en un símbolo
cargado de simbolismo, capaz de transmitir mensajes que los discursos por sí solas no pueden
expresar.
A lo largo de la historia, los abrazos han sellado la paz entre regiones y naciones, que han
reconciliado a enemigos y detractores, que han sanado heridas profundas en el tejido de la
humanidad. El abrazo entre Mandela y De Klerk, tras décadas, simbolizó el inicio de una
nueva era en Sudáfrica. La imagen de Rabin y Arafat abrazándose en la Casa Blanca, tras la
firma de los Acuerdos de Oslo, encarnó la esperanza de paz en Oriente Medio.
El abrazo, en el contexto político, trasciende las ideologías y las diferencias. Es un gesto que
apela a nuestra humanidad compartida, a esa necesidad innata de conexión y empatía.
Cuando dos líderes políticos se abrazan, están enviando un mensaje que puede tener el poder
según sea el contexto.
En un mundo polarizado, donde las divisiones parecen agudizarse cada vez más, el abrazo se
erige como un recordatorio de que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos un
destino común. Es un llamado a la búsqueda de puntos de encuentro y a la construcción entre
iguales.
El abrazo no es una solución mágica a los conflictos, pero sí es un primer paso, un gesto tan
humano que abre la puerta al diálogo. Es una muestra de que, incluso en la arena política, hay
espacio para la humanidad, para la compasión y para la esperanza.
En tiempos de incertidumbre y de crisis, necesitamos más que nunca el lenguaje de los
abrazos. Necesitamos líderes que se atrevan a tender la mano, a reconocer al otro y a
construir un futuro basado en la paz y la fraternidad. Un nuevo capítulo en nuestra historia.
El tema de esta columna viene a la luz dado que las semanas previas al fin del año y el inicio
de este 2025 fue muy común buscar a las viejas amistades a la familia lejana a los socios y
compañeros para dar El Abrazo y es quizá todos aquellos pechos estrellándose con el mio me
hicieron deambular en mis pensamientos y escribir esta columna de buena voluntad con los
pocos destellos que quedan de las fiestas.
Espero lector que sus abrazos de las semanas previas hayan sido para la memoria ya que
algunos abrazos son motor, despedida, añoranza, fantasía y algunos de ellos pueden venir de
tres…

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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