Cuarentena. Esta palabra tan normalizada en los últimos meses, nos ha hecho ver con otro cristal muchas cosas, y nos ha hecho sentir miles más.
Los principios de este tiempo fueron dudosos, llenos de incertidumbre, había un sentimiento surreal generalizado, pero sobre todo una estricta adaptación a la convivencia con los demás.
Hacer frente a una pandemia mundial no es cosa fácil. Seguir las indicaciones de aislamiento social menos.
Pero la mayoría lo hicimos, de una manera u otra nos alejamos de la gente que compartía nuestro día a día.
Durante este tiempo las cosas que parecían sencillas o dábamos por sentado comenzaron a cobrar importancia. En el pasar de lo días se fue haciendo menos lo que creíamos más, y viceversa.
El amor, dentro de tu casa y fuera de ella tuvo que encontrar nuevas formas de expresión.
Convivencias nuevas o más intensas…papás pasando la tarde con sus hijos, mamás arrullando a sus bebés, parejas teniendo cenas en la intimidad de su casa, familias enteras jugando juegos de mesa, vecinos platicando en las banquetas….
A.C (antes de la cuarentena) por cuestiones laborales o compromisos sociales esto no era la normalidad de los días. Mucha gente está invirtiendo más tiempo en ellos mismos y en su familia que A.C.
También encontramos la calidez en las pantallas, y a través de ellas empezamos a ver a los abuelos, compañeros de escuela, maestras, familia y amigos. No nos limitamos en estar presentes de una u otra forma, aun que sea desfilando en una caravana para decirle feliz cumpleaños a una amiga.
Todos aprendiendo a convivir de esta manera, todos extrañándose y valorando cada muestra de cariño.
Estos tiempos sin duda son confusos, nunca antes había pensado en lo importante que es el contacto físico, hasta hoy que los abrazos se han vuelto un lujo exclusivo para pocas personas.
Pero la cuarentena no impide que demostremos el amor a los que queremos.
A veces pienso que se nos concedió de la manera más extraña el don de valorar lo que tenemos y las personas que comparten nuestra vida.
No dejemos pasar esta lección de vida para apreciar lo que tenemos, y de demostrarle amor a los que quieres.
Nancy Anahi Toledo Rascón
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