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Opinión

Opinión: El solitario camino hacia ti mismo

Escuché alguna vez decir que el autoconocimiento es un camino solitario, y me hizo darme cuenta que si lo es. Que si le das prioridad a lo que tú quieres hacer, actúas de acuerdo a lo que mejor te hace sentir, y vives pensando en tu bienestar, irremediablemente te alejas de muchas personas.

A lo largo de los años te topas con mucha gente, amigos de ocasión, relaciones circunstanciales, que dan forma a tu vida. Pero no la llenan. No son estructura para ti. Y entonces te alejas…o se alejan.

A estas alturas de mi vida sé perfectamente con quien cuento, quienes son cercanos a mi, a pesar de no convivir tan seguido con ellos, o que no estén físicamente cerca.

Sé muy bien qué papel juego en cada una de las amistades que tengo. Y puedo expresarme de distintas maneras con ellos. Y eso me hace sentir satisfecha. Sobre todo por qué creo que he conservado la cercanía con quienes nutren mi vida. Y esto me dice que voy en camino hacia mi. A ser honesta conmigo misma, a buscar mi tranquilidad, a ser feliz.

No digo debamos cortar relaciones y dejar atrás todo lo que no sea extremadamente afín a ti. Pero si priorizar un poco. Darle el tiempo de calidad a lo que es más tú.

Será cierto que el camino es solitario. Pero, igual de cierto es, que tenemos literalmente toda la vida para recorrerlo. Y nadie más lo puede hacer por nosotros.

Para llegar a ti, hay que saber de ti…conocerte, escucharte, saber todo lo que realmente llena de emoción tu alma y hace feliz tu corazón.

Nancy Anahi Toledo Rascón
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Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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