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Opinión

Opinión: Llegó la Navidad, por Nancy Toledo

Cada vez que se acerca esta fecha, automáticamente empiezan a surgir muchas emociones. Hay algo en las decoraciones, el clima, los villancicos y la comida de la época que nos hacen pensar y sentir tantas cosas.

Es una mezcla de felicidad con un toque de nostalgia, pensar en el año que se va, sentir que se acaba… nos hace llenarnos de suspiros y sonrisas, y como todo lo que está llegando a su fin, merece un gran festejo.

Tal vez habrá quien tenga recuerdos tristes, o felices, pero sé sin duda, que todos tenemos esa parte en la mente y corazón. Ese espacio dentro de nosotros destinado para estas fechas… Son momentos diseñados para llegar al fondo de nuestros más profundos sentimientos y tocar el alma… para agradecer todo lo que tenemos y hemos tenido a lo largo de este año de nuestras vidas.

Ha sido un año lleno de retos personales, por no decir mundiales. ¡Y claro que hay cosas buenas!, pero lo cierto es que cada día del calendario presentó alguna dificultad, limitante, noticia y situaciones que pusieron en jaque a toda la humanidad. Y en el resumen, es más fácil resaltar estos sucesos y dejamos de lado el hecho de apreciar que seguimos aquí… Y sentir que después de todo, ha sido un buen año. Esa es mi intención, hacerte pensar en lo bueno, resaltar esa parte y llenarte de felicidad con mis palabras, que leas esperanza y amor en ellas, por que así fueron escritas.

Quizá se quedaron viajes, planes o negocios en el camino…. esta Navidad será diferente a las demás. Pero no tengas duda que será una buena Navidad. Estoy convencida que hay una magia que nos da tregua en estos días y todo… ¡todo puede disfrutarse!

¡Feliz navidad!

Nancy Anahí Toledo Rascón
instagram @eso.pienso
Facebook Eso pienso

Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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