Nada es para siempre. Todo pasa, cambia, se transforma o se extingue.
Hay sentimientos que perduran ¡claro! Y algunas situaciones que se prolongan…pero aún así, nada es para siempre.
Porque nosotros tampoco somos para siempre. Vivimos evolucionando, creciendo, aprendiendo….y extinguiéndonos.
Estamos enfrentando una situación muy difícil de comprender. Los seres humanos por naturaleza tenemos capacidad de adaptación. Ser sociales también es parte de nuestra naturaleza. Y de pronto tenemos que retroceder dos pasos y volver a poner distancia entre nosotros.
Es difícil. Pero es posible. Podemos adaptarnos por un tiempo. Esto también va a pasar, esto también se va a acabar.
Esta pandemia mundial nos ha venido recordado todo el año qué hay cosas completamente fuera de nuestras manos.
Pero a mí me ha quedado claro también, que hay algo que SIEMPRE está en nosotros…y eso es, cómo vivimos con lo que tenemos y se nos presenta.
Tienes la libertad de decidir cómo enfrentas lo que estamos viviendo. Puedes sentirte tan “encerrado” como tú quieras.
Pero no dejes de tener en mente para qué estamos disminuyendo actividades y contactos. No es más que para cuidar tu salud y la de la gente que nos rodea!
Hay que extremar cuidados, hay cosas que si pueden esperar, reuniones que puedes posponer… ¡guárdate los más que puedas, podemos esperar un poco más! Nada es para siempre.
Nancy Anahi Toledo Rascón
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