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Opinión

Opinión: Nada es para siempre, por Nancy Toledo

Nada es para siempre. Todo pasa, cambia, se transforma o se extingue.

Hay sentimientos que perduran ¡claro! Y algunas situaciones que se prolongan…pero aún así, nada es para siempre.

Porque nosotros tampoco somos para siempre. Vivimos evolucionando, creciendo, aprendiendo….y extinguiéndonos.

Estamos enfrentando una situación muy difícil de comprender. Los seres humanos por naturaleza tenemos capacidad de adaptación. Ser sociales también es parte de nuestra naturaleza. Y de pronto tenemos que retroceder dos pasos y volver a poner distancia entre nosotros.

Es difícil. Pero es posible. Podemos adaptarnos por un tiempo. Esto también va a pasar, esto también se va a acabar.

Esta pandemia mundial nos ha venido recordado todo el año qué hay cosas completamente fuera de nuestras manos.

Pero a mí me ha quedado claro también, que hay algo que SIEMPRE está en nosotros…y eso es, cómo vivimos con lo que tenemos y se nos presenta.

Tienes la libertad de decidir cómo enfrentas lo que estamos viviendo. Puedes sentirte tan “encerrado” como tú quieras.

Pero no dejes de tener en mente para qué estamos disminuyendo actividades y contactos. No es más que para cuidar tu salud y la de la gente que nos rodea!

Hay que extremar cuidados, hay cosas que si pueden esperar, reuniones que puedes posponer… ¡guárdate los más que puedas, podemos esperar un poco más! Nada es para siempre.

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/esopienso
Instagram @eso.pienso

Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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