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Opinión

Opinión: Ni mártir ni heroína, por Nancy Toledo

En esta vida todos tenemos un papel que interpretar…más de uno, algunas veces varios al mismo tiempo.

Algunos papeles son tan impredecibles que tenemos que improvisar casi todo el tiempo, y habrá otros que son mucho más fácil de controlar y planear su desarrollo.

Así la vida. Así nos hace sacrificarnos a veces, y glorificarnos otras tantas. Casi en un balance perfecto. A veces más sacrificio, a veces más gloria.

Tal vez pasarás días trabajando en un proyecto, sin dormir, estudiando, con estrés, planeando…nos tocará sufrirla.

Habrá momentos que sentimos que la “pobrecita de mi” está haciendo un esfuerzo sobre humano y queremos que se sepa, que se vea ese sudor.

Luego viene la recompensa. El gran resultado, los elogios, el reconocimiento…entonces ya no nos compadecemos, ya no está la “pobrecita” está la “fregona” que lo logró.

Entonces, nos damos cuenta que todo lo que hacemos, dio resultados.

De mártir a súper héroe. De un extremo a otro. Y así, todo se compensa. Todo encuentra su balance.

Cada papel o trabajo que hagamos a lo largo de la vida así será. Habrá sacrificios, claro, pero seguro se sentirán menos, siempre que tú elijas hacerlos y creas que la recompensa vale la pena.

Cada quien baila a su ritmo, es bueno seguir la música….pero al final de cuentas el paso lo marca cada quien.

Te das cuenta que todo en esta vida lleva el esfuerzo de alguien, que todos han trabajado a deshoras y llevado su cuerpo a los límites.

Que no eres ni mártir ni heroína. Simplemente eres alguien capaz de trabajar por lo que quieres, y encontrar satisfacción al hacerlo.

Nancy Anahi Toledo Rascón

Facebook.com/eso pienso

Instagram: @eso.pienso

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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