Conecta con nosotros

Opinión

Opinión: ¿Qué tan malo es el malo?

Published

on

No sé si alguien más reconozca esta imagen. Pero daré un poco de contexto:

La historia se remonta muchos años atrás, en esta serie retoman la vida de los personajes de la película Karate Kid. Yo no recuerdo detalles, pero a todos los que sabemos de ella, nos quedaba muy claro que el protagonista era el bueno. Y que el antagonista, era el malo.

En esta serie, toman en cuenta precisamente a los dos personajes, enfocándose en la vida de “el malo”, y te hacen saber cómo vivió la historia que nos contaron. Y al ver su versión, con datos y escenas reales, no queda tan clara su mala fe.

Entonces es cuando me pregunto… ¿qué tan malo es el malo?

Tomo este ejemplo específico, pero de algunos años para acá, han mostrado de alguna manera la verdad de los villanos con los que crecimos.

Como si los que hicieron las películas entonces, con la notoria lucha entre el bien y el mal, quisieran decirnos algo.
Como si quisieran borrar el mensaje de: o te aman o te odian.

Maléfica, The Joker, Cruella de Vil, que aunque no la he visto, asumo que va por el camino de estas otra. En donde humanizan al villano, y queda mucho mejor explicado -y entendido- su comportamiento y las razones que tenían.

Creo que vale la pena hacer esta reflexión y darnos cuenta que aunque eres el protagonista de tu vida, habrá historias, momentos o casos en los que toca ser el “villano”, sin haber actuado mal, sin haber deseado hacerle daño a alguien más, inevitablemente sucede.

Y eso no nos hace malos. Nos hace humanos. Y son experiencias que nos llevan a aprender, madurar, y darnos cuenta que la vida tiene sus escalas de grises, y cada quien cuenta su propia historia, no es que sea otra realidad, simplemente es alguien más quien la cuenta, otra perspectiva, otro modo de ver las cosas.

Nancy Anahi Toledo Rascón
Instagram @eso.pienso

Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

Published

on

By

En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

Seguir leyendo haciendo clic 

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto