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Opinión

Opinión: Salvemos a quien puede salvar el mundo por Nancy Toledo

Cada vez que creo que ya nada me va a sorprender, aparece una terrible noticia con un hecho que me deja helada y sorprendida.

Cuido mucho lo que leo y veo en internet porque procuro mi paz mental…pero hay cosas que simplemente no puedes dejar de saber, y definitivamente son hechos que roban la paz del mundo.

Me rehuso a pensar qué hay tanta gente mala. Porque los actos que estamos viendo, están motivado por mucho rencor…odio escondido en otras palabras.

Estoy segura que la mayoría de ellos, han sido de alguna manera maltratados, porque no me cabe en la cabeza, que en la naturaleza de alguien -de tantos- exista tanta maldad.

Es una cadena de agresiones, en un mundo lleno de injusticias, y parece que lejos de disminuir, va en aumento. Más gente involucrada, y mucha más…dañada.

No tocó temas de este tipo, porque ni estoy enterada a detalle, ni me atrevo a opinar de cosas tan delicadas. Solo que me conmueve tanto, y esta es mi aportación.

Lo primero que debemos de hacer con nuestros hijos es QUERERLOS!!

Educarlos si, sensibilizarlos a lo que existe ahí afuera también. Pero primero que nada debemos llenarlos de AMOR!.

Los niños son lo más sagrado que la humanidad tiene. Cuídalos. Quiérelos. Edúcalos. Hazles sentir que pueden salvar el mundo…porque quizá, puedan hacerlo!

Hay que hacerles saber que el mundo es bueno, que la gente ama, que si te amas a ti mismo NADA te puede molestar, que si amas lo qué haces, a la naturaleza, a los que te rodean…nadie sería capaz de hacer daño y odiar a los demás.

Amor! Eso…eso es lo que le está faltando al mundo! Haz lo que te toca. Empieza por ti, por tu familia, por tus hijos. Hagámoslo por todos los niños, que son el presente y futuro del mundo.

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/esopienso
Instagram @eso.pienso

Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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