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Opinión

Opinión: Salvemos a quien puede salvar el mundo por Nancy Toledo

Cada vez que creo que ya nada me va a sorprender, aparece una terrible noticia con un hecho que me deja helada y sorprendida.

Cuido mucho lo que leo y veo en internet porque procuro mi paz mental…pero hay cosas que simplemente no puedes dejar de saber, y definitivamente son hechos que roban la paz del mundo.

Me rehuso a pensar qué hay tanta gente mala. Porque los actos que estamos viendo, están motivado por mucho rencor…odio escondido en otras palabras.

Estoy segura que la mayoría de ellos, han sido de alguna manera maltratados, porque no me cabe en la cabeza, que en la naturaleza de alguien -de tantos- exista tanta maldad.

Es una cadena de agresiones, en un mundo lleno de injusticias, y parece que lejos de disminuir, va en aumento. Más gente involucrada, y mucha más…dañada.

No tocó temas de este tipo, porque ni estoy enterada a detalle, ni me atrevo a opinar de cosas tan delicadas. Solo que me conmueve tanto, y esta es mi aportación.

Lo primero que debemos de hacer con nuestros hijos es QUERERLOS!!

Educarlos si, sensibilizarlos a lo que existe ahí afuera también. Pero primero que nada debemos llenarlos de AMOR!.

Los niños son lo más sagrado que la humanidad tiene. Cuídalos. Quiérelos. Edúcalos. Hazles sentir que pueden salvar el mundo…porque quizá, puedan hacerlo!

Hay que hacerles saber que el mundo es bueno, que la gente ama, que si te amas a ti mismo NADA te puede molestar, que si amas lo qué haces, a la naturaleza, a los que te rodean…nadie sería capaz de hacer daño y odiar a los demás.

Amor! Eso…eso es lo que le está faltando al mundo! Haz lo que te toca. Empieza por ti, por tu familia, por tus hijos. Hagámoslo por todos los niños, que son el presente y futuro del mundo.

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/esopienso
Instagram @eso.pienso

Opinión

La universidad. Por Raúl Saucedo

LA DEFENSA DEL CONOCIMIENTO

La reciente controversia en torno a la Universidad de Harvard y los recortes de fondos federales durante la actual administración Trump resalta un tema crucial: el papel de las instituciones académicas como baluartes del conocimiento y su resistencia frente a políticas gubernamentales adversas. La decisión de dicha administración de retener fondos, aparentemente motivada por sesgos políticos, no solo afectó la capacidad de Harvard para llevar a cabo investigaciones críticas, sino que también representó un ataque directo a la autonomía académica.

Las universidades, en su esencia, son centros de pensamiento crítico, investigación y debate. Son espacios donde las ideas se confrontan, se cuestionan y se refinan. La diversidad de perspectivas que albergan es fundamental para el progreso social y científico. Cuando un gobierno intenta silenciar estas voces, socava los cimientos de la democracia.

El caso de Harvard no es aislado. A lo largo de la historia, las universidades han desempeñado un papel vital en la resistencia contra la opresión y la injusticia. Desde las universidades europeas que desafiaron el poder de la Iglesia en la Edad Media, hasta las instituciones estadounidenses que impulsaron el movimiento por los derechos civiles en el siglo pasado, la academia ha sido un faro de esperanza y un motor de cambio.

La autonomía universitaria es un principio fundamental que protege la libertad de investigación y expresión. Permite a los académicos explorar temas controvertidos y desafiar el statu quo sin temor a represalias. Cuando esta autonomía se ve amenazada, la sociedad en su conjunto resulta perjudicada.

Las universidades son también cruciales para la formación de líderes informados y ciudadanos comprometidos. En un mundo cada vez más complejo, necesitamos personas capaces de analizar críticamente la información, evaluar políticas públicas y participar activamente en el debate democrático. Las universidades proporcionan el entorno intelectual necesario para cultivar estas habilidades.

En el contexto actual, donde la desinformación y la polarización amenazan la cohesión social, las universidades tienen una responsabilidad aún mayor: defender la verdad y promover el diálogo constructivo. Deben ser espacios donde se fomente el respeto por la evidencia y la razón, y donde se pueda debatir libremente sobre los desafíos que enfrenta la sociedad.

La resistencia de Harvard y otras universidades frente a los recortes y la interferencia política es un recordatorio de que la academia no es simplemente un apéndice del gobierno, sino un actor independiente con un papel vital en la defensa de la democracia. Las universidades deben seguir siendo espacios donde la búsqueda de la verdad y la defensa de la justicia sean valores fundamentales.

Mientras algunas universidades resisten los embates de los enemigos de la democracia, este humilde columnista celebra con introspección su nuevo grado de Máster por parte de su alma mater, la UACH, donde el conocimiento y la resistencia también son trincheras, tanto en sus aulas como en sus egresados.

@RaulSaucedo_

rsaucedo@uach.mx

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