Mas de una vez he escuchado esta frase: «Tú eres el arquitecto de tu vida”, y la verdad es que, sin hacerla menos, nunca me gustó. Me daba más la sensación de frase motivadora un poco generalizada… hasta que hace unos días escuché de un maestro (un psicólogo/filósofo) esta segunda parte: «…pero también eres el albañil».
Me encantó y cambió el sentido de esta frase para mí.
Aterrizándolo así tiene mucho más empuje, creo yo. Porque al menos como yo lo veo, es que el arquitecto es quien tiene conocimientos y buenas ideas… pero el que se lleva la chamba entera para levantar una casa es el albañil. Es quien, ladrillo por ladrillo, va dando forma a cada espacio, cada área que algún día se pensó… se soñó.
Es muy bueno que tengamos sueños, ideas, que le tiremos alto a nuestro proyecto.
Los arquitectos no se detienen en pensar dónde venden esa planta, cuánto cuesta ese material… en el momento en que estas creando, ¡date vuelo!
No hay límites para imaginarte a ti mismo haciendo algo, convertirte en algo más. Ya vendrá tu etapa de trabajo en donde tendrás que hacer ajustes, tomar otras decisiones, pero ese es trabajo de tu otro yo… no te limites en soñar, en planear, en creer que ¡puedes hacerlo!
Nadie construye algo con tanta pasión como quien lo ha diseñado… lo que quieres ser, salió de tu mente y ¡está pegado a tu alma! ¡Hay que trabajar por eso que quieres y construir lo que planeas!
Nancy Anahí Toledo Rascón
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